El papa Francisco le envió una carta al arzobispo de La Plata, monseñor Víctor Manuel Fernández, para agradecerle por un acto realizado en septiembre pasado en la Catedral de esa ciudad. Pero en el texto, también dejó un fuerte mensaje sobre la actualidad nacional.
«Hay mucho por hacer en Argentina, para que todos puedan vivir de la dignidad del trabajo y para que no haya ciudadanos de segunda. Pero nada importante ni estable se logrará con la polarización agresiva”, advirtió el sumo pontífice.
En la carta, que se conoció en las últimas horas, pero que data del 1° de octubre, Francisco hizo énfasis en aquel encuentro, realizado el 29 de septiembre pasado, del que participaron importantes dirigentes del oficialismo y la oposición.
«Me llegó la información de que estuvieron representados sectores de todos los colores de la política, otras confesiones religiosas, personas de la educación, de la cultura, de la empresa, de la justicia, etc. Y junto con ellos, estaban presentes los trabajadores más humildes y los pobres que caminaron como movimientos sociales. Han formado un hermoso cuadro», señaló.
Y subrayó: «Me consuela el alma que mi persona haya hecho posible ese momento de comunión, de encuentro más allá de las diferencias, porque a veces estas pequeñas ‘treguas’ impiden que sigan avanzando la violencia y los enfrentamientos. Eso nunca hace bien a un país y termina lastimando sobre todo a los que más sufren».
Por otra parte, descartó una visita a la Argentina, al menos en un futuro próximo. «Ahora tengo una deuda con todo el mundo y me falta visitar muchos países grandes, especialmente algunos que nunca recibieron la visita de un Papa, sin embargo siempre llevo a mi Argentina en el corazón».
La carta de Francisco
Querido hermano,
Te adjunto una líneas que te agradecería hacérselas llegara las personas que participaron del encuentro del pasado 29 de setiembre en vuestra Catedral.
Que el Señor te bendiga y la Virgen Santa te cuide; y, por favor, no te olvide de rezar y hacer rezar por mí.
Fraternalmente Francisco
Queridas hermanas y hermanos:
Me llegaron varias repercusiones del acto que se organizó el pasado jueves 29 en la Catedral de La Plata y quiero hacerles llegar a quienes asistieron mi más sentido agradecimiento. Me gustó que no se tratara de un “homenaje” sino de un acto de afecto y reconocimiento que expresa los lazos que nos unen. Aunque ahora tengo una deuda con todo el mundo y me falta visitar muchos países grandes, especialmente algunos que nunca recibieron la visita de un Papa, sin embargo siempre llevo a mi Argentina en el corazón.
Sobre todo me alegró que en ese acto se reflexionara acerca de algunos contenidos de Laudato sí” y de Fratelli tutti, no porque sean documentos míos, sino porque hablan de cuestiones graves y determinantes que hoy no podemos ignorar para la buena marcha de las naciones.
Agrego que me llegó la información de que estuvieron representados sectores de todos los colores de la política, otras confesiones religiosas, personas de la educación, de la cultura, de la empresa, de la justicia, etc. Y junto con ellos, estaban presentes los trabajadores más humildes y los pobres que caminaron como movimientos sociales, sostenidos por su fe y llevando a La Virgen y a San Cayetano. Han formado juntos un hermoso cuadro.
En definitiva me consuela el alma que mi persona haya hecho posible ese momento de comunión, de encuentro más allá de las diferencias, porque a veces estas pequeñas “treguas” impiden que sigan avanzando la violencia y los enfrentamientos. Eso nunca hace bien a un país y termina lastimando sobre todo a los que más sufren. Porque hay mucho por hacer en Argentina, para que todos puedan vivir de la dignidad del trabajo y para que no haya ciudadanos de segunda. Pero nada importante ni estable se logrará con la polarización agresiva.
Les hago llegar mi afectuosa bendición y pido al Señor que los haga artífices de paz, de justicia y de prosperidad.
Fraternalmente Francisco.