Walter Cravero, doctor e investigador, pasó por los micrófonos de Primero Bahía para hablar sobre el sismógrafo construido por estudiantes de la UNS que forma parte del equipamiento de la Base Marambio.
“Lo construimos un poco contra reloj dada la posibilidad de que viajaba el rector de la UNS a la Base Marambio y lo pudimos hacer a tiempo para que pueda llevarlo”, comenzó diciendo.
“Se trata de un sismógrafo educativo que surgió en 2018 como una extensión de los trabajos que hacíamos en la cátedra de laboratorio I para los estudiantes de geofísica”, detalló.
“Los estudiantes aceptaron participar de este proyecto un poco por fuera de sus tareas curriculares y armamos un primer prototipo que funcionó en la universidad por un tiempo. Vimos que era algo simple y barato de construir y que además podíamos integrarlo a una red de sismógrafos similares y compartir datos”, resaltó.
Y sumó también: “Tener uno en la península antártica es una buena idea para tener una mejor detección de sismos en esa zona”.
“Hay estudiantes que cuando se inició todo estaban en el segundo año de su carrera, son muy jóvenes”, indicó.
Cabe destacar que el mismo fue construido en la cátedra Laboratorio I de la carrera Geofísica, que dirige Cravero, y participaron los alumnos y alumnas Agustina Martín, Celeste Novak-Merkel, Irina Méndes, Andres Costa, Martín Fernández Vita; el profesor en Física Francisco Sáenz y -en forma remota desde Europa- Giuliano Fischetto, a punto de recibirse de licenciado en Física.
A su vez, colaboraron Pablo Orellana, no docente del Laboratorio de Física, y personal de apoyo de electrónica del Instituto de Física del Sur (IFISUR).
“Es una satisfacción para nosotros y una muestra del interés de la UNS en trabajar en cuestiones que tienen que ver con la Antártida, es algo que puede abrir una puerta en un futuro para otros grupos de investigación”, deslizó para finalizar.