La decisión implica que tampoco aumentará el rendimiento de los plazos fijos.
Tras el dato de inflación de octubre que difundió el INDEC, todas las miradas apuntan al Banco Central: la entidad monetaria mantendrá sin cambios la tasa de política monetaria, actualmente en 75% anual. Con ello, tampoco habrá modificaciones, al menos en las próximas semanas, en el rendimiento que perciben los ahorristas por sus colocaciones bancarias a plazo fijo. Esto, según confirmaron fuentes oficiales, a pesar de que el dólar blue y financiero reaccionaron a la suba.
El BCRA la mantiene en ese nivel de tasa desde septiembre, cuando la inflación del mes anterior marcó un registro de 7%, superior al esperado. En ese momento, el directorio de la autoridad monetaria que preside Miguel Pesce, aplicó una suba mayor a los puntos porcentuales (550 puntos básicos), lo que situó la tasa efectiva en 107% anual.
Con el dato de septiembre, en cambio, que marcó una desaceleración del IPC a 6,2%, la tasa de interés y la de inflación se alinearon por primera vez y convergieron, incluso, con el ritmo de devaluación, que promedió 6,5% el mes pasado. De ahí que no se decidieron cambios.
La situación ahora no es muy distinta a pesar de las estimaciones privadas que preveían una inflación mayor al 6.3% que publicó el INDEC. Aunque ahora a la tasa de interés sigue empatando a la inflación, no lo hace a la devaluación del dólar oficial, al ritmo de los primeros días de noviembre. Es decir, nuevamente en noviembre quedará desalineado el triángulo ideal que deberían conformar la tasa de inflación, devaluación y la tasa de política monetaria por encima de las dos primeras
Con el impulso tanto de los precios libres, como alimentos y bebidas en el supermercado y también textiles, pero sobre todo de los precios regulados que tuvieron alta incidencia en el rubro Comunicaciones y Vivienda dado el aumento de tarifas de gas y luz, además de la suba en el precio de la nafta (6%) y la autorización para un incremento en las prepagas (11,5%), el IPC del mes pasado se situó una décima por encima del mes anterior y apenas lo suficiente para superar la tasa nominal mensualizada, que permanece en 6,25% por ahora. Ése es el interés mensual que también cobran los ahorristas por sus plazos fijos a 30 días, con los que logran empatar o superar la inflación sólo si reinvierten la ganancia obtenida.
La decisión de no incrementar la tasa de interés no sorprende en el mercado: varios analistas que realizan sus propias mediciones de precios advirtieron, durante la primera semana de noviembre, un avance más retraído de los precios. La expectativa, entonces, es que el registro de noviembre se ubique por debajo del dato difundido hoy lo cual fundamenta la decisión del Banco Central de esperar hasta mediados de diciembre -cuando se conozca la inflación de este mes- para tomar una nueva decisión al respecto.
Claro que el escenario puede cambiar de la mano de la evolución del dólar libre. Por el momento, el salto en las cotizaciones tanto del billete informal como del dólar MEP y del contado con liquidación (CCL) eran esperables para el equipo económico, prácticamente inevitable. “En algún momento iba a ocurrir. Estaba inexplicablemente muy planchado”, aseguró un funcionario del área quien minimizó el ajuste siempre y cuando exista “un buen manejo” del mercado de pesos. “Cuidando reservas, con señales contundentes en lo fiscal y administrando bien los pesos, debería mantenerse en línea”, dijo.
El recuerdo de lo que ocurrió hace apenas cuatro meses, cuando tras un rescate de títulos de deuda en pesos por parte de un organismo oficial, se extendió una corrida de los inversores de la deuda en moneda local que obligó al Banco Central a emitir $1,2 billones para sostener los precios de los bonos y disparó, al mismo tiempo, la cotización del dólar que, en julio, tocó el máximo de $350.
También ahora se evidencian algunos signos de alerta en el mercado de deuda en pesos. Aun es incipiente y el BCRA parece haberse anticipado con intervenciones en las últimas semanas, mucho menores a aquellas que realizó entre junio, calculadas en poco menos de $150.000 millones. Pero el riego sigue latente y tanto desde el Banco Central como desde Economía buscan evitar que cualquier ola los tome por sorpresa.