La presidenta de Madres de Plaza de Mayo fue homenajeada por el mundo K y La Cámpora convocó a un acto.
La muerte de Hebe de Bonafini expuso como tantas veces la peor cara de la grieta en la que se encuentra empantanada la política argentina. Sin lugar para grises, ni siquiera Alberto Fernández terminó bien parado, pese a que declaró tres días de duelo nacional. Y una ministra del gobierno porteño, una de las pocas voces que de la oposición que expresaron sus condolencias, fue castigada con dureza sobre todo por los propios en las redes sociales.
El caso del presidente quizá muestre de manera nítida cómo la lógica amigo-enemigo se impone incluso en el ámbito del oficialismo. “Con la partida de Hebe de Bonafini perdimos una luchadora incansable. Reclamando verdad y justicia junto a las Madres y Abuelas, enfrentó a los genocidas cuando el sentido común colectivo iba en otra dirección. Con enorme cariño y sincero pesar, la despido. Hasta siempre Hebe”, publicó Alberto Fernández en sus redes.
Fue después de firmar el decreto 768 que declara los tres días de duelo nacional donde recuerda que Bonafini sufrió la desaparición de sus dos hijos, Jorge Omar y Raúl Alfredo. “Por su lucha incansable Hebe de Bonafini se convirtió en una figura de orden internacional; no hay país en el mundo que no conozca los trágicos años del terrorismo de Estado en Argentina y que no haya visto a las Madres de Plaza de Mayo como un símbolo de la lucha por los derechos humanos”.
A las pocas horas del tuit de Alberto Fernández, apareció una respuesta tremenda y agresiva: “Sr. Presidente, no se perdió nada, el legado de las Madres vive en el pueblo. Relacionar la lucha de nuestra Presidenta con otra organización es un insulto. Por suerte, Hebe hizo público todo lo que pensaba de usted”.
El cruce evocó lo que pasó con Cristina Kirchner, cuando después del atentado fallido, declaró a medianoche un feriado que le trastornó la vida a la gente y cambió un incipiente sentimiento de solidaridad con la vicepresidenta al rechazo. En ambos casos, esa posible sobreactuación terminó por debilitar y exponer la figura presidencial.
Desde la cuenta de Madres de Plaza de Mayo, también hubo una dura reacción contra el instituto que sucedió a la fallida “universidad popular” que había fundado Bonafini en los tiempos en los que a la organización ingresaban fondos millonarios que gestionaron los hermanos Schoklender, y que terminaron en la causa “Sueños Compartidos”.
“Hasta siempre, amada Hebe. Desde IUNMa honraremos tu legado y seguiremos transitando el camino de la memoria, la verdad y la justicia. Tus banderas seguirán bien altas en el corazón de los millones que nunca te olvidaremos”, publicó el instituto universitario, a lo que les respondieron: “Hipócritas, no la honraron ni siguieron su legado en vida, por suerte ella se los dijo en vida a uds. Las Madres tenemos memoria”.
Así, la cuenta oficial se “cobró” dos cuentas pendientes que Bonafini no había dejado pasar en vida.
Distinto fue lo que pasó con Cristina Kirchner, que publicó temprano un emotivo homenaje a Bonafini, y con el anuncio que hizo La Cámpora, de una movilización que se prevé multitudinaria hacia Plaza de Mayo para homenajearla. “‘La revolución empieza cada mañana cuando uno se despierta, abre los ojos y piensa qué va a hacer por el otro’. Hasta siempre, Hebe. Jueves. 15:30. Plaza de Mayo”, publicó la organización que lidera Máximo Kirchner.
Ese mensaje estuvo acompañado de un video que mostró a Bonafini con solo tres personas: Néstor y Cristina Kirchner y Diego Maradona. “Las madres no somos un organismo de derechos humanos, no somos una ONG, somos un movimiento político sin partido, pero hoy, kirchnerista hasta la maceta”, afirma en esa pieza audiovisual que publicó La Cámpora.
“Los jueces son corruptos y cómplices. Hay una cantidad enorme de jueces hijos de mil pu… así que me cago en los jueces”, es otra de las frases seleccionadas, en un mensaje que no recibió respuesta agresiva alguna de parte de la cuenta de las madres.
La convocatoria para la movilización del jueves ya encendió luces de alarma en el gobierno, después del trago amargo del tuit de Alberto Fernández.
La oposición
Pero quizá sea el caso de María Migliore, la ministra de Desarrollo Humano y Hábitat del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta, la que expuso el otro lado de la polémica. Es que en la oposición no hubo ningún mensaje de condolencias por la muerte de Hebe de Bonafini de las figuras más importantes de Juntos por el Cambio.
Sólo fue Migliore, que suele expresar miradas que suelen desentonar con la narrativa que predomina en JxC, la que emitió un tuit: “Hebe fue símbolo de lucha impulsando una agenda de justicia y DDHH en Argentina. Un grupo de Madres que con valentía le hicieron frente al momento más oscuro de nuestra historia. Esa trayectoria es más grande que cualquier diferencia política. Me quedo con eso”.
Las palabras de la ministra de Larreta recibieron una andanada de descalificaciones, principalmente de usuarios de Twitter que militan en el PRO que le recordaron cuando Bonafini dijo que había que probar las pistolas Taser con Antonia, la hija de Mauricio Macri, la causa “Sueños Compartidos”, donde se la investigaba por corrupción con dinero destinado a construir viviendas para los pobres.
También, en esos mensajes los usuarios rememoraron cuando elogió el atentado a las Torres Gemelas o los ataques de los terroristas de la ETA, entre otras.
La de Migliore fue la única voz relevante que se refirió a la muerte de la presidenta de Madres de Plaza de Mayo del arco opositor.
La ministra, más tarde en radio Rivadavia, afirmó: “Quiero ser clara. No reivindico ni la corrupción, ni el posicionamiento político, ni la grieta ni el odio. Esas cosas, que Hebe tuvo mucho eso en el final de su vida, le hacen mal a la Argentina. En eso hay que ser bien tajante”. Y ratificó que con su tuit buscó “reconocer una lucha en un momento histórico de la Argentina muy particular. Creo que hubo un grupo de mujeres que lucharon mucho por los derechos humanos y avanzaron mucho en esa lucha”.
Ni Macri, ni el propio Larreta, como así tampoco Patricia Bullrich o María Eugenia Vidal, por el PRO -todos candidatos o presidenciables- emitieron ninguna declaración, aunque la mayoría de ellos se mostró activo en las redes publicando mensajes por otros temas. Tampoco hubo de Elisa Carrió, ni por el radicalismo del presidente y gobernador Gerardo Morales, Facundo Manes, Alfredo Cornejo u otras autoridades o referentes importantes del partido. En todos los casos, predominó la indiferencia, el silencio.
“Durante los años de la Dictadura, las Madres de Plaza de Mayo fueron la encarnación de los principios de la revolución liberal: habeas Corpus, derecho a la vida, de reunión y expresión, lucha contra los abusos del Estado. El resto ya lo vimos: el peronismo rompe todo lo que toca”, expresó Fernando Iglesias. Desde la oposición, de los pocos que se expresaron sin medias tintas sobre la muerte de Bonafini.