Este año se importaron unos 40 buques para las terminales regasificadoras de Escobar y Bahía Blanca, pero para 2023 se espera reducir esa cifra.
El año próximo, la Argentina podría requerir la importación de unos 30 buques de Gas NaturalLicuado (GNL) para abastecer la demanda local y ya habrían comenzado los pedidos a las empresas proveedoras para que realicen sus propuestas en un contexto de escasez y suba de precios internacionales por la guerra en Ucrania.
La empresa estatal Enarsa recibió la semana pasada propuestas no vinculantes de al menos cinco de sus proveedores habituales, según información publicada por el sitio especializado EconoJournal de acuerdo a fuentes privadas. Según las estimaciones, esa cantidad de barcos podría demandar un desembolso de cerca de USD 2.000 millones al tomar la cotización futura del gas.
Fuentes oficiales indicaron que por ahora solo hubo consultas informales con las empresas. La previsión oficial es que en 2023 la Argentina cuente con un solo barco regasificador, el que está ubicado en Escobar, en la provincia de Buenos Aires. Y ya no contar con los servicios del segundo buque regasificador -ubicado en el puerto de Bahía Blanca- que en los últimos dos años permitió abastecer la demanda durante los meses de invierno.
“Argentina importa aproximadamente por año entre 45 y 55 buques en toda la temporada invernal, que suele licitar alrededor de febrero, marzo o abril algunos y otros un poco más adelante, cuando ya está más afinada la estimación. Pero siempre con la anticipación para tener la cobertura del invierno asegurada”, explicó el economista Julián Rojo, director del Departamento Técnico del Instituto Argentino de la Energía (IAE) General Mosconi.
“La importación dependerá de la capacidad de transporte que tenga el gasoducto en el próximo invierno. Pero si Enarsa ya está licitando 30 buques seguramente la estimación es que el gasoducto no pueda transportar todo lo que se espera en invierno”, agregó el economista.
En octubre pasado, fuentes oficiales señalaron como opción que en el invierno de 2023 se utilice una mayor importación de combustibles líquidos para reemplazar el GNL. La estatal Enarsa es la encargada de licitar y adjudicar los cargamentos de GNL para completar la demanda nacional de gas natural. La terminal de regasificación de Bahía Blanca se inauguró en 2008 y cumple la función de regasificar el gas importado e inyectarlo como gas natural en los meses de invierno.
Hasta junio de 2022, según los datos oficiales publicados en la página web de Enarsa, se adjudicaron 27 buques para la terminal de Escobar y 14 para la terminal de Bahía Blanca por un total de USD 2.888. millones. Los precios en dólares por millón de BTU, la unidad de medida utilizada, fueron en promedio de USD 27,74 en febrero; luego subieron a USD cerca de USD 40 en marzo; USD 29 en abril; USD 25,10 en mayo y finalmente el precio más bajo -USD 24,37- en junio.
El Gobierno y las empresas constructoras confían en que las obras del gasoducto Néstor Kirchner estarán finalizadas para fines de junio de 2023. El 16 de noviembre pasado se concentró la primera soldadura de caños en Salliqueló, la localidad bonaerese donde se instaló uno de los frentes de obra y donde concluirá el ducto que se inicia en Neuquén y atraviesa también las provincias Río Negro y La Pampa.
El primer tramo del gasoducto tendrá una extensión de 573 kilómetros, y unirá la localidad neuquina de Tratayén hasta la provincia de Buenos Aires, atravesando Río Negro y La Pampa.
Según el Gobierno, el proyecto permitirá ahorrar más de USD 2.900 millones al año entre sustitución de importación de combustibles y reducción de subsidios y aumentará la disponibilidad de gas a precios competitivos.