Mediante la publicación del decreto 4/2023 en el Boletín Oficial, el oficialismo formalizó la renuncia de Rodolfo Federico Gabrielli.
En medio de la lucha por contener la constante suba generalizada de precios, el Gobierno comunicó oficialmente la salida del presidente de la Casa de la Moneda, Rodolfo Federico Gabrielli. Así lo transmitió mediante la publicación del decreto 4/2023 en el Boletín Oficial.
“Se acepta la renuncia presentada por el contador público nacional Rodolfo Federico GABRIELLI al cargo de Presidente del Directorio de SOCIEDAD DEL ESTADO “CASA DE MONEDA”, destaca el documento, firmado por Sergio Massa, ministro de Economía, en su primer artículo.
Según pudo saber mediante una fuente del ministerio de Economía, fue el propio ministro Sergio Massa quien le pidió la renuncia, luego de conocerse los resultados de su desempeño en un balance sobre el cierre de 2022. “No estábamos conformes con su gestión”, señalaron.
Aún no trascendió el nombre del sucesor de Gabrielli, ni tampoco se conoce qué ocurrirá con los otros dos integrantes del Directorio de la Casa de la Moneda. Se trata de la vicepresidente de la entidad, Marina Pecar, y del director, Hugo Marcelo Franco. Ambos, según lo indica la normativa vigente, habían sido designados bajo propuesta del Ministerio de Defensa y del Banco Central, respectivamente.
Según pudo reconstruir este medio, el malestar del ministro se debió por una confluencia de varios aspectos de la gestión de Gabrielli al frente del organismo encargado de producir los billetes y monedas de la Argentina. Entre ellos, se habló de una gestión administrativa que dejó un “balance en rojo”.
A estos números, también se suma que la Casa de la Moneda venía desarrollando líneas de negocios que tenían un enfoque alejado de su objeto central y que, además, nunca terminaron de desarrollarse. De hecho, es público que gran parte de los billetes que el Banco Central puso en la calle este año fueron producidos en el exterior. Asimismo, desde Economía reprocharon “la demora en la puesta en marcha de la producción de billetes”.
Esta situación se vio reflejada en la contradicción que sufrió el anuncio del Presidente Alberto Fernández cuando comunicó, junto al titular del Banco Central –Miguel Pesce–, el lanzamiento de una nueva línea de billetes en la que se mantendrían los valores actuales y se reemplazarían las imágenes de animales autóctonos por próceres y figuras públicas. Ningún organismo estatal volvió a informar sobre la marcha de ese plan para la renovación del papel moneda.
De todas maneras, a pesar de que la Casa de la Moneda no toma decisiones sobre el valor y la imagen de cada billete –poder que tiene el Banco Central–, la producción de los billetes en el país resultó controversial, ya que a pesar del efecto de la creciente inflación de los últimos años no se renovó la línea monetaria, dejando como billete de mayor valor el de $1.000 pesos. El mismo tiene un poder de compra escaso, menor a 3 dólares a la cotización libre.
En un relevamiento entre 13 países de la región, el papel de 1.000 pesos con la imagen del hornero es el que tiene un poder de compra más limitado en toda la región, sin que además existan planes a la vista para poner en circulación algún billete de una denominación mayor.
Como si esta situación fuera poco, en septiembre del año pasado la Casa de la Moneda quedó envuelta nuevamente en la controversia. El organismo tiene la tradición de hacer un regalo a su personal cada 29 de septiembre, fecha de aniversario de su creación. Por dicha razón, y en plena euforia mundialista, se decidió regalar 1.700 camisetas de la Selección Argentina a sus empleados, en plena etapa de contención de gastos en toda la administración pública. Finalmente desistieron de la idea.