Funcionarios de Economía viajarán en los próximos días para reunirse con el gabinete de Lula da Silva.
Un grupo de funcionarios del Ministerio de Economía viajará a Brasil en los próximos días para iniciar la primera comitiva técnica con el gabinete de Lula da Silva, y que tendrá como principal misión ajustar los detalles técnicos del nuevo esquema de comercio bilateral con el que el Gobierno buscará aliviar el uso de reservas para la compra de insumos a ese país.
Se trata de la primera de las dos visitas que harán funcionarios del Ministerio de Economía, del Banco Nación y del Banco Central a lo largo de febrero a Brasilia para tener contacto con el equipo del ministro de Hacienda Fernando Haddad. La conducción del Palacio de Hacienda, a cargo de Sergio Massa, definía por estas horas si la primera misión viajaría a la capital brasileña esta semana, o la segunda de febrero, según informaron fuentes oficiales.
Habrá dos planos distintos en los que los equipos técnicos de los dos países iniciarán las reuniones en los próximos días. En un primer lugar, dos medidas de impacto más cercano y directo en la relación bilateral y comercial entre la Argentina y Brasil: la puesta en marcha de un esquema de financiación de las importaciones desde el país vecino, por medio de un sistema de garantías bancarias que posponga el uso de dólares de las reservas, y la financiación de una extensión del entramado de gasoductos para poder abastecer a Brasil con fluido desde Vaca Muerta.
En un segundo plano, como un objetivo menos urgente, quedó la discusión sobre la moneda común, que pase a ser usada como unidad de cambio en el comercio bilateral entre los dos países y que evite el paso por el dólar estadounidense. La meta que se plantea para el primer viaje a Brasil es menos ambiciosa: poder pagar importaciones con reales. No implicaría dejar de usar los dólares sino aplazar ese uso por un año.
El marco normativo de ese esquema ya existe desde hace 15 años, aunque por distintas razones solo llegaron a representar una porción menor de las importaciones desde Brasil, lo que lleva como nombre Sistema de Pagos en Moneda Local (SML). Su fundamento es que “permite a los importadores y exportadores argentinos y brasileños la realización de pagos y cobros en sus respectivas monedas”, explicó un informe reciente del Centro de Economía Política Argentina (CEPA).
“Por medio del SML, las transacciones tienen un costo menor porque se logran mejores tasas de cambio. Hasta el momento es aplicable sólo a las operaciones de comercio de bienes, incluidos servicios y gastos relacionados con ellas, tales como fletes y seguros, siempre que sea previamente pactado como condición de venta entre importador y exportador”, explicaron.
La consultora Abeceb estimó que menos del 10% de las operaciones con Brasil se realizan con ese sistema, que hoy es operado por los bancos centrales. La propuesta acordada entre Massa y Haddad implica que el Banco Nación argentino y al Banco do Brasil extiendan la financiación, principalmente, de la entidad brasileña a sus exportadores. El nuevo plazo sería de 366 días, lo cual aliviaría el uso de reservas del BCRA para el pago de compras de insumos, bienes y servicios desde Brasil y evitaría los plazos y cupos que otorga a cuentagotas el SIRA.
“Actualmente el SML no evita la pérdida de reservas ante un déficit comercial. Las operaciones se realizan en pesos o reales, pero los desequilibrios se saldan al final del día con transferencia de dólares del Banco Central del país deficitario al del país superavitario”, describió Abeceb.
“Es decir, para la macro argentina el SML hoy no tiene utilidad, dado que los plazos de compensación entre ambos bancos centrales son excesivamente breves para las necesidades de Argentina y no evita el drenaje de dólares. El sistema funcionaría de igual manera, sólo que en lugar de saldarse los desequilibrios diariamente se haría al transcurrir un año calendario, de esta manera la Argentina sortearía la salida de dólares”, analizó en un informe a clientes.
La consultora puso sobre la mesa algunas cuestiones técnicas que deberán ser resueltas en el intercambio de los funcionarios del Ministerio de Economía y el Banco Nación con sus contrapartes brasileñas, entre ellas: a qué tasa y costo financiero tendrá lugar ese financiamiento, qué garantías exigirá ese esquema, qué sucederá con las pymes y cómo se manejará el riesgo cambiario. Otro interrogante está relacionado al monto total que representará este sistema. En términos prácticos: cuántos dólares de las reservas se dejarán de usar en el corto plazo y pasarán a usarse en un plazo de un año.
“De implementarse, equivaldría a un traje a medida para sortear la escasez de divisas de la Argentina. Es decir, sería utilizado, como actualmente, casi con exclusividad para importar desde Brasil y no para exportar. Esto dado que Brasil no tiene restricción externa y los exportadores argentinos siempre preferirán recibir dólares a pesos, sobre todo si tienen que otorgar un plazo de financiamiento”, mencionó Abeceb.
Hay algunos sectores que pueden aparecer como ganadores y otros perdedores, según el análisis de Abeceb. Nombró en su informe a “grandes empresas, con trayectoria, que puedan ofrecer las elevadas garantías que seguramente se pedirán para cubrir los riesgos del tipo de cambio, y que además puedan hacer frente a los costos financieros” y entre los rubros identificó a automotriz, autopartes, alimentos, cosméticos químicos, plásticos, algunos textiles y siderurgia.
Otros sectores podrían salir perdiendo de un esquema de esa naturaleza. “Aquellos sectores/empresas que producen localmente abasteciéndose de insumos y materias primas de China (u otros orígenes que no ofrecen financiamiento), pueden enfrentar una competencia desbalanceada con bienes finales de origen brasileño”, mencionó Abeceb.
El listado de sectores lo integrarían metalmecánica, productos ópticos y de precisión, autopartes, indumentaria, algunos químicos, productos plásticos y manufacturas de caucho, productos de madera, textiles (para productos que utilizan insumos extra Mercosur), entre otros.
La propia cámara de productos ópticos salió a advertir que podría salir perdiendo. La Cámara Argentina de la Industria Óptica y Afines (Cadioa) afirmó que el esquema de financiamiento de importaciones desde Brasil “podría ocasionar distorsiones competitivas e ingreso de productos terminados que afecten a la industria local”.
“Los bienes finales y de consumo masivo también puede correr un cierto riesgo, aunque es probable que se contrarreste mediante el SIRA (aunque sobre fin de 2022 ya se ha visto un aumento en las importaciones de algunos productos terminados)”, concluyó, por su parte, Abeceb.
El CEPA, en tanto, explicó que Brasil dejó de ser el principal socio comercial argentino en 2020, en beneficio de China. Tras el impacto de la pandemia en el comercio exterior global “las exportaciones de Brasil reaccionaron con más fuerza de lo que lo hicieron las exportaciones argentinas, llevando el déficit bilateral a valores más similares a los del período 2011-2015 (USD 3.400 millones) respondiendo al perfil de exportaciones de cada uno de los países”.
“El intercambio comercial con Brasil mantiene un margen de crecimiento con relación a los máximos de 2011 (de unos USD 10.000 millones)”, consideró CEPA. “Las potencialidades de intercambio en nuevos mercados, como el energético, elevarán significativamente el piso de flujos comerciales bilaterales y permitirán que la balanza se equilibre más a favor de la Argentina en el futuro”, cerraron.