Los indicadores de precariedad laboral mantienen un ritmo expansivo.
El Ministerio de Trabajo registró al cierre de 2022 un total de 13,08 millones de personas ocupadas registradas en la AFIP y con aportes y contribuciones en alguno de los últimos tres meses, alcanzado un récord que se repitió en la franja exclusivamente asalariada (sector privado, público y en casas particulares), con 10,19 millones de empleados.
Las marcas máximas anotadas se registraron en el conjunto de la Administración Pública (nacional, provincial y municipal), con 3,42 millones que lo tienen como el ingreso principal del grupo familiar; y en la franja de Independientes Monotributo Social que con la incorporación en diciembre de 60.800 ascendió a 611.600 inscriptos, y fue clave para que el agregado superara el nivel de noviembre previo, porque neutralizó el efecto de la baja de 50.900 monotributistas; y multiplicó en más de 3 veces los sendos aumentos detectados en los asalariados privados (20.200) y el sector público (19.000 personas).
El Ministerio de Trabajo agrupa en la franja de Monotributo Social (MS) a las “personas clasificadas en el padrón de contribuyentes de la AFIP bajo las modalidades MS Agropecuario, MS Locación y MS Ventas, en los términos de la Ley 25.865 que permite a los “sectores de bajos ingresos económicos tener obra social, emitir facturas y jubilarse” a quienes se desempeñaban en la informalidad en proyectos productivos con hasta 3 integrantes; o forma parte de una cooperativa de trabajo con un mínimo de 6 asociados, con ingresos menores a los de la categoría más baja del Monotributo General, actualmente en $999.657 al año, y no tiene otro recurso como empleado, profesional, ni tener más de 2 motos, ni más de 2 autos, ni más de un inmueble u otro bien registrable.
Con esa figura, a través de los intensos y permanentes programas de fiscalización del empleo en negro a través de inspectores de la AFIP, recurrentemente se incorporan a la formalidad miles de trabajadores con muy bajos ingresos, que se registran en la franja del Monotributo Social, y “ayuda” a resaltar la dinámica del mercado laboral, aunque es de muy baja calificación y productividad.
La expansión de esa franja del mercado laboral registrado no es un fenómeno circunstancial, sino que se fue potenciando desde el inicio del actual gobierno, aunque en el período de 3 años se destacó más por la tasa de aumento porcentual, que en valores absolutos: 67,5%, seguido por los monotributistas únicos 16,4%; empleados en el sector público 6,3%; y 4,3% asalariados privados registrados. Cayeron 5,7% los anotados bajo el régimen de Casas Particulares 5,7% y los Autónomos 3,5 por ciento.
Con esos movimientos, la estadística del Ministerio de Trabajo, en base a datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) que procesa la AFIP, permitió detectar que mientras al cierre de la presidencia de Mauricio Macri el empleo asalariado registrado representaba 80,31% del total; y los independientes 19,69%; tres años después el primer conjunto se redujo a 77,9% y el segundo elevó su gravitación a más de 22 por ciento.
En ese período, la representatividad de los trabajadores adheridos al sistema del Monotributo Social pasó de 3% a 4,68% del total de los empleados registrados.
Expectativas para el corto plazo
Esa tendencia a la mayor representatividad de los empleos independientes, en particular en la franja del Monotributos Social pareciera no tener perspectiva de cambio en el corto plazo, pese a que la demanda laboral, expresada por la tasa de búsqueda en el segmento de empresas privadas con más de 10 empleados, resultó ene enero 2023 más elevada que el mes previo, acorde a los que sucede habitualmente en los primeros meses de cada año, se mantiene en proporciones menores a la registrada en tiempos de reactivación de la economía y el empleo asalariado.
Mientras que la proporción de puestos de trabajo que quedaron sin cubrir, medido a partir de la tasa de no cobertura, presentó un valor inferior al del último mes del año anterior y se ubicó en un nivel relativamente bajo en relación con la referencia histórica para ese mes.
Es que si bien las expectativas netas de las empresas con relación a la contratación de personal para los próximos tres meses continúan siendo positivas, 2,9% de la nómina de ese segmento, la Encuesta de Indicadores Laborales del Ministerio de Trabajo dio cuenta de que: “La tasa de entrada -definida por la relación entre las incorporaciones de personal y la dotación al inicio del mes- presenta un incremento de 0,6 puntos porcentuales y se ubica en 2,5%, en tanto que la tasa de salida -definida por la relación entre las desvinculaciones de personal y la dotación inicial– muestra un leve descenso y se ubica en 2,1%, se mantienen muy lejos de los años en que se proyectaba reactivación de la economía, superaban el 3% de la nómina.
Incluso, en la última Encuesta Permanente de Hogares sobre el total de las localidades urbanas con más de 2.000 habitantes, correspondiente a los terceros trimestres del pasado quinquenio, arrojó que 1 de cada 10 trabajadores se encontraba buscando un nuevo puesto como complemento del principal, para poder mejorar su calidad de vida.
“El empleo presentó distinta intensidad de crecimiento de acuerdo con sector de actividad. Se destaca el repunte en la construcción que, luego de la caída estacional de diciembre recupera el comportamiento creciente de los últimos dos años”, aunque persiste alejado de los máximos históricos de mayo de 2018 en 15.000 puestos (un 3% nominal y más de 8% ajustado por crecimiento vegetativo de la población), destacó la cartera laboral en su informe mensual.