El nivel de reservas es tan crítico que, aun cuando el Fondo accediera a adelantar la totalidad de los desembolsos del segundo semestre, se estima seguirían en terreno negativo.
A pesar del buen dato de la semana, la baja de la inflación a 6% del mes pasado, el mercado cambiario reflejó en las últimas jornadas la tensión en torno a la negociación con el Fondo Monetario y la toma de conciencia del inédito valor negativo de las reservas netas de libre disponibilidad por parte del Banco Central.
En ese sentido, la suba del dólar libre sintetizó el nerviosismo que genera la posibilidad de que, incluso en un contexto en el que se evite el default y ruptura con el FMI, tampoco se logre un entendimiento que permita fortalecer la frágil situación.
Los operadores de cambio se guiaron en los últimos días por los distintos escenarios que trazan los analistas del mercado, con un dato que cobró relevancia hacia fin de la semana: incluso en el más optimista, aquel en el que el Fondo Monetario adelanta los desembolsos del segundo semestre, las reservas continuarían en terreno negativo, aunque por mucha menor magnitud. En el extremo opuesto, la proyección más compleja arroja un saldo negativo de divisas mayor a USD 12.000 millones, casi duplicando el monto actual (incluyendo la valorización del oro en poder del BCRA).
En todos los casos pesa la estacionalidad según la cual el segundo semestre es más duro en términos cambiarios, aun cuando este año también lo fue el primero en virtud de la sequía.
De ahí que surgieron insinuaciones de la posibilidad de una cuarta edición de “dólar soja” pero lo cierto es que, tal como observa un informe de Portfolio Personal Inversiones, si las ventas de divisas por parte del Banco Central se sostienen al ritmo actual, con la brecha intervenida y sin mediar un “dólar soja 4″, las reservas netas negativas pasarían a USD 8.024 millones a la fecha de las PASO, si llegara al menos (pero solamente) el desembolso de junio del FMI para compensar el pago realizado.
En ese marco, los dólares financieros se despertaron en los últimos días de la semana pasada y el contado con liquidación llegó a tocar $540 (una suba de 5,5% en lo que va del mes) mientras que el blue cerró la semana en $522, con lo que volvió al 100% la brecha cambiaria.
“No podemos descartar que esta tendencia alcista continúe hasta las PASO de la mano de la cobertura preelectoral, la venta constante de reservas y la falta de avances con el FMI”, apuntaron desde Delphos Investments.
Aunque son claves, el resultado de las tratativas con el Fondo despejaría el fantasma de un shock mayor, pero estaría lejos de allanar el camino para las reservas del Banco Central en los próximos meses, coinciden los economistas. En ese contexto, en el mercado otorgan diferente probabilidad de ocurrencia a posibles resultados de la negociación.
Por ejemplo, desde 1816 afirmaron a sus clientes que, dentro de los cuatro desenlaces posibles, las chances de que la Argentina ceda ante las exigencias del FMI y, entre otras medidas, acepte una devaluación del dólar oficial son bajísimas (10%) pero “no nulas” ya que, recordaron, Sergio Massa admitió que gran parte de los precios de la economía están fijados al dólar financiero.
En el extremo opuesto, con las mayores probabilidades según los analistas de la consultora, se encuentra la posibilidad de que sea el FMI el que ceda, con 40% de chances, y evite el default del país sin exigir cambios relevantes, tal vez un impuesto sobre importaciones. Sería una decisión con lógica política, con el objetivo de evitar un avance aún mayor de China como prestamista de última instancia.
De todos modos, tampoco resultaría tan sencillo lograr que China habilite un nuevo tramo del swap ya que el Gobierno lleva gastados una tercera parte de los USD 10.000 millones habilitados y el saldo no le alcanzaría para cubrir la totalidad de los compromisos con el Fondo hasta fin de año.
En cualquier caso, de confirmarse una decisión política favorable del FMI, difícilmente la solución llegue en apenas 15 días, aunque el objetivo ahora es lograr un paraguas o garantías de un acuerdo futuro que permita superar la instancia de pago de fin de mes y resolver la cuestión de fondo recién después de las PASO cuando todas las partes ya tengan un panorama político más claro.