La Vicepresidenta habló por última vez un mes antes de las PASO.
En el entorno de Cristina Kirchner tenían previsto lanzar este martes el anuncio de su reaparición pública del próximo sábado, pero la decisión de la Sala I de la Cámara de Casación, el máximo tribunal penal del país, de enviar a la ex presidenta a juicio oral y público en el marco de la causa Hotesur-Los Sauces, adelantó el aviso.
La Vicepresidenta no habla desde el 17 de julio, casi un mes antes de las PASO, cuando se sentó junto a Sergio Massa en un simulador de Aerolíneas Argentinas, como si fuera la copiloto. El domingo de las primarias, el 13 de agosto, tuvo un breve intercambio con los cronistas que cubrían su voto en Río Gallegos, y después se llamó de nuevo a silencio mientras operaba en privado desde su oficina del Senado.
Cristina Kirchner no es optimista. Según trasciende de sus interlocutores, pronostica un revés electoral para el peronismo, y es consciente de que la provincia de Buenos Aires servirá, llegado el caso, como refugio del kirchnerismo. La Vicepresidenta sigue con especial interés los movimientos de Axel Kicillof y de su hijo Máximo Kirchner, y la performance de La Cámpora en tres distritos del Gran Buenos Aires: Lanús, Quilmes y Hurlingham.
Según confiaron el ministro de Economía y candidato presidencial de Unión por la Patria le había pedido a la ex jefa de Estado algún mensaje público para una porción del electorado de los sectores más postergados que históricamente se inclinó por el peronismo y que en las PASO votó a Javier Milei, pero que todavía guarda simpatía por la figura de la vice. En el kirchnerismo, como en la oposición, la estrategia de campaña está atravesada, por acción u omisión, casi exclusivamente por el economista de La Libertad Avanza y los esfuerzos para contrarrestar ese fenómeno libertario que capitalizó el hartazgo de buena parte de la sociedad con el sistema político tradicional, todavía en shock por el resultado de las primarias.
La disertación de este sábado de Cristina Kirchner en la sede de la UMET, en el centro porteño, revela en su título de presentación la centralidad de Milei en el libreto de campaña: “De castas, herencias, derrumbes y futuro”.
Massa y la ex presidenta hablan a diario. Hubo hace ya varias semanas algún chispazo ya saldado que generó zozobra interna y que contaminó a segundas y terceras líneas. El ministro-candidato se apoderó entonces de la estrategia de campaña y lanzó una batería de medidas con las que recuperó la agenda, equivalentes, según los cálculos de sus equipos, a un 1.2% del PBI. “Después vemos, llegado el caso, cómo se paga la fiesta de cumpleaños”, ironizaban ayer en el campamento massista.
Dispuesto a jugar a fondo hasta las elecciones para colarse en el balotaje, Massa instó a los gobernadores a salir a la cancha, agenda reuniones con intendentes para las próximas semanas y La Cámpora, que, en términos futboleros, no había hasta ahora transpirado demasiado la camiseta, decidió pedir la pelota. Después de la reunión con gobernadores en Tucumán de la que participó, Máximo Kirchner tuvo al menos cuatro actividades públicas en el conurbano bonaerense. Todo un récord en comparación con la escasa agenda de actividades de semanas anteriores.
En ese contexto, Cristina Kirchner volverá a la escena pública tras la decisión de los jueces Diego Barroetaveña y Daniel Petrone de revocar su sobreseimiento y el de su hijo por asociación ilícita y lavado de dinero en el alquiler de propiedades y hoteles pertenecientes a la familia, y determinar que la ex presidenta también vaya a juicio por el Memorándum con Irán. Había, de todos modos, un punto que la preocupaba y que le llevó este lunes cierto alivio: su hija Florencia no fue incluida en la elevación a juicio en la causa Hotesur-Los Sauces.
En el peronismo trataron de instalar -con éxito- estas últimas tres semanas que existe un escenario de polarización entre Massa y Milei que penetró en el círculo rojo y que incluso logró colarse en el campamento de Patricia Bullrich donde todavía se respira cierta desazón por la performance de Juntos por el Cambio de las PASO y el batacazo electoral del economista libertario que dejó a la ex ministra en un lugar incómodo.
Desde entonces, los estrategas de la candidata encargaron una batería de focus destinados a entender el fenómeno y consultaron especialistas que analizaron el proceso de Jair Bolsonaro en Brasil. La urgencia llevó a Joaquín de la Torre, un halcón confeso, a volar a la capital española junto a dos colaboradores, un viaje relámpago de 72 horas en el que se entrevistó con Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de la Comunidad de Madrid que le contó su experiencia en el PP para “neutralizar” a VOX, el partido ultraconservador de derecha. Bullrich se conectó por zoom desde Buenos Aires para escuchar los consejos.
No hubo, según confiaron, conclusiones demasiado rimbombantes. En el bullrichismo dicen que la norma general es ignorar a Milei: “Contestamos solo si ataca”, aseguran. Abundan, además, en que la candidata presidencial está ahora abocada solo a confrontar con el kirchnerismo, y que busca volver a apelar a una épica que se apagó la misma noche en que le ganó la interna a Horacio Rodríguez Larreta.
Esa noche, Mauricio Macri volvió a recobrar la centralidad de otros tiempos: sobre el escenario de Parque Norte, se apoderó de la atención y festejó los triunfos de su primo en la interna porteña y el de Bullrich mientras casi nadie se daba cuenta de que la pésima performance de JxC y el batacazo de Milei dejarían a la coalición opositora en las puertas de un proceso tortuoso de cara a las elecciones generales.
El candidato de LLA se aprovechó de ese contexto y se abrazó a Macri que, por acción u omisión, dejó que que trascendieran los coqueteos políticos con Milei.
De vuelta de un viaje por Europa, el ex presidente reapareció en la campaña la semana pasada, como Cristina Kirchner planea hacerlo el sábado próximo, para cortar de cuajo con las especulaciones y promocionar a la candidata de Juntos por el Cambio como también se pronostica que lo haría la vicepresidenta en su disertación del fin de semana pero con la figura de Massa.
Macri aterrizará este martes por la mañana en Córdoba, la provincia que le dio un apoyo decisivo en su aventura del 2015, que en los últimos años aportó un caudal enorme de votos para JxC y que en las PASO recientes se plegó a la ola libertaria.
El fundador del PRO estará 48 horas en Córdoba, en media docena de distritos para hacer campaña por Bullrich y tratar de recuperar los votos que se fugaron a LLA. Llegará a esa provincia 24 horas después del paso de la ex ministra de Seguridad, que prevé recorrer el conurbano y hacer un pausa en el medio de la campaña para pasar otra vez por tribunales por la demanda que le inicio Alberto Fernández por sus dichos sobre supuestos retornos para la adquisición de la vacuna de Pfizer contra el coronavirus.
“Mauricio ya lo dijo: está a disposición de Patricia”, insistieron ayer colaboradores de Macri en la previa del viaje a Córdoba y luego de las reuniones que el ex mandatario y la candidata mantuvieron en las últimas semanas para tratar de apaciguar las tensiones internas por la figura del economista libertario. Para algunos, “el plan B” del ex presidente.
Desde el PRO trasciende que, como Cristina Kirchner, Macri también es pesimista sobre el futuro. Desde el entorno de ambos creen, en privado, que las cartas ya están echadas.