El nuevo jefe del Palacio de Hacienda estará acompañado en un equipo conformado por economistas de su entorno.
Luis “Toto” Caputo juró este domingo por la tarde en la Casa Rosada como nuevo ministro de Economía y empezará desde mañana sus funciones como jefe del Palacio de Hacienda. Será así el jefe del equipo económico que tendrá a Santiago Bausili, uno de sus socios de la consultora y coequiper de gabinete durante el gobierno de Cambiemos, como presidente del Banco Central.
Con una serie de urgencias que sobrevuelan en términos de inflación, flaqueza de reservas, cepo cambiario y déficit fiscal, en el marco de dolorosos indicadores sociales en situación crítica, el nuevo equipo económico imprimirá una nueva dirección con sus primeras maniobras al timón de Hacienda. En paralelo, un cercanísimo Santiago Bausili, desde el lunes presidirá el Banco Central, tendrá a su cargo la política monetaria y el desarmado de la maraña de regulaciones cambiarias.
El mandato que Milei bajó a su equipo económico es el de terminar, lo más rápido posible, con los pasivos remunerados del Banco Central, lo que el economista libertario identifica como el obstáculo para la liberación del cepo cambiario sin pasar por una presión sobre los precios que los deje en terreno propicio para una hiperinflación. En paralelo, Caputo podría buscar una línea de financiamiento, más o menos rápida, que le otorgue un colchón de divisas para actuar con esa primera oleada de medidas.
Caputo estará rodeado de economistas cercanos para su equipo de gobierno en el Ministerio de Economía. Con algunos puestos aún a definir, formarán parte del gabinete del Palacio de Hacienda Joaquín Cottani, Federico Furiase, Martín Vauthier, Carlos Guberman (Hacienda) y otras áreas que dependerán de Economía como Bioeconomía (la antes llamada Agricultura, Ganadería y Pesca, al mando de Fernando Vilella) o Industria y Comercio (Pablo Levigne). Habría, también, una secretaría por encima de esas áreas bajo el mando de Juan Pazo.
Milei anticipó que los ejes de su plan económico estarán basados en un duro ajuste fiscal que lleve a las cuentas públicas de inmediato al equilibrio, una devaluación del tipo de cambio que aleje al dólar oficial de los $364 actuales, una liberación de precios relativos como los de tarifas o combustibles y de otros como los de consumo masivo en supermercados y eliminar los pasivos remunerados del Banco Central como primer paso para la eliminación del cepo.
El jefe de Estado, en la explanada del Congreso nacional, aseguró que “no hay alternativa” al ajuste y al shock con medidas iniciales fuertes para afrontar la crisis y la herencia que calificó como “la peor de la historia”.
Aseguró, sin embargo, que ese ajuste será ordenado y que caerá sobre “el Estado y no sobre el sector privado”. “La conclusión es que no hay alternativa al ajuste y al shock, naturalmente eso impactará de modo negativo sobre el nivel de actividad, el empleo, los salarios reales, la cantidad de pobres e indigentes”, dijo.
El recorte rápido del gasto público parece ser la primera medida que Milei implementará en el inicio de su hoja de ruta económica. Es una iniciativa que ya tiene números concretos: para el jefe de Estado la poda fiscal debería rondar el 5% del Producto Bruto, para llevar a las cuentas públicas a terreno de equilibrio a lo largo del primer año de gobierno. Los sectores sobre los que podría pasar la motosierra son discutidos, pero subsidios, transferencias a provincias y obra pública aparecen como los candidatos a sufrir esa poda.
Por otra parte están los pasivos remunerados del Banco Central que representa, para Milei, el principal obstáculo para la liberación del cepo cambiario: si no terminara con las Leliq y los pases pasivos, un desarme de los controles al a acceso al dólar podría volcar masivamente esos pesos a la moneda norteamericana y exponer a la economía a un riesgo hiperinflacionario.
Por último, el mercado descuenta desde hace tiempo un salto discreto del dólar oficial. El rango de las especulaciones van desde los 650 hasta los 800 pesos. Sería un ajuste cambiario de al menos 80%, para arrancar la gestión con una menor brecha cambiaria, inferior al 40 por ciento. Un anuncio de esta naturaleza podría ser oficializada este lunes a primera hora, antes de la apertura de los mercados.