Los sindicatos docentes realizarán este jueves un paro nacional de 24 horas en todos los niveles del sistema educativo —inicial, primario, secundario, técnico, educación superior y universitario— en protesta por el atraso salarial. La medida de fuerza se replicará en Bahía Blanca.
La iniciativa fue resuelta por los cuatro gremios pertenecientes a la Confederación General del Trabajo (UDA, AMET, CEA y SADOP) y la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina.
Si bien el vocero presidencial Manuel Adorni resaltó ayer que el Gobierno Nacional avanzó en un principio de acuerdo con el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), este se formalizará el próximo lunes y será para aumentar los gastos de funcionamiento, no los salarios que son el verdadero motivo de la convocatoria de mañana.
En nuestra ciudad, la Asociación de Docentes y la de Trabajadores de la UNS, la Asociación Gremial de Docentes y la de Personal de la UTN, junto con SUTEBA, ATE y otros gremios, se convocarán desde las 18.30 en el playón de la UNS (avenida Alem 1253) con el objetivo de realizar una «jornada de visibilización con antorchas, velas y abrazo a la universidad».
«El sistema educativo en la Argentina está atravesando una crisis muy profunda y hemos tratado de colaborar para superar esta situación, pero lamentablemente no se pudo encontrar una solución», dijo hace algunos días el secretario de Políticas Educativas de la CGT, Sergio Romero.
«Los motivos de la protesta son de todo tipo. En lo salarial nunca se han visto en el país salarios iniciales por debajo de la línea de pobreza y en algunos casos debajo de la línea de indigencia, y por eso este cuadro hay que revertirlo rápidamente», detalló.
Asimismo, el sindicalista remarcó que el Gobierno «ha bajado mucho la inversión en educación, producto de negarse a darle continuidad al Fondo Nacional de Incentivo Docente, es decir, no sólo los salarios están por debajo de la línea de pobreza, sino que incluso se han reducido por no pagar el FONID».
«Tampoco se llega al 6 % de inversión del PBI, como está previsto en las leyes de financiamiento educativo, sino que en esta gestión de gobierno se ha invertido menos de la mitad de ese porcentaje —continuó—. Es grave porque implica que se han dejado de repartir libros y netbooks a los alumnos, lo que agrava la crisis muy profunda del sistema educativo argentino».
«Un país da muestras de lo que quiere ser cuando la educación es prioritaria, pero para este gobierno, evidentemente, la educación no es una prioridad«, concluyó Romero.