El titular de Economía argumenta que debe cuidar el déficit fiscal mientras el eventual funcionario pide más herramientas presupuestarias.
Crece el ruido en el Gobierno por el desembarco de Federico Sturzenegger en el Gabinete. Durante los escasos días en los que se encuentra en el país entre sus viajes a Europa, Javier Milei intenta hacer equilibrio entre las exigencias de su asesor en desregulación y su ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, que arrastran un historial de disputas y empezaron a marcar mutuas diferencias, siempre por lo bajo, desde el inicio del esperado segundo semestre.
La suspensión de la reunión del Presidente con Sturzenegger, prevista ayer para definir los alcances del Ministerio de Modernización, es el capítulo más reciente de la saga de discusiones. El encuentro, que había sido confirmado por el área de Comunicación desde temprano, fue postergado por la tarde, hasta nuevo aviso. Mientras tanto, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, que había sido invitado a participar a último momento, intentaba mantenerse al margen de estos cortocircuitos. “De verdad que fue una cuestión de agenda. Se confirmó algo que no cuadraba con las agendas”, repetían en la planta baja de la Casa Rosada. Sin embargo, en un despacho de peso admitían que, en el fondo, yace la intransigencia de Sturzenegger a la hora de pedir mayor influencia.
La prioridad del jefe de Estado es cuidar al titular del área que más le importa y que defiende las metas fiscales tanto -o más- que el propio primer mandatario. Y Caputo lo sabe. Ayer por la tarde hizo una nueva referencia, de tantas, a la principal batalla de su jefe, cuando destacó en su cuenta de X las cifras de superávit financiero en el sector público. “El ancla fiscal se afianza mes a mes (al igual que) la desinflación”, escribió desde el quinto piso de Hacienda. Mientras tanto, a metros, en la Casa de Gobierno, empezaba a disolverse hasta la inexistencia la posibilidad de un encuentro de Milei con el otro ex titular del Banco Central de Mauricio Macri.
En Economía inflan el pecho. Además de resaltar sus propios logros, dicen que se sienten muy respaldados por el jefe de Estado, a pesar de que en las últimas horas se escucharon algunos comentarios en el propio seno del Gobierno sobre una posible, eventual salida del ministro de Hacienda. Estas intervenciones se sumaron, a su vez, a las declaraciones del asesor de Milei, Fausto Spotorno, sobre el carácter “transitorio” de su gestión.
“No sabemos de dónde vienen esas versiones. Pero lo cierto es que Javier no le para de tirar flores, y es por algo. Pueden decir lo que quieran, pero objetivamente, semana tras semana, dato tras dato, a Toto le está yendo muy bien a nivel macro”, dijo un funcionario que lo frecuenta. No obstante, más allá de la defensa, evitó especular sobre el origen de esos comentarios. “No les damos trascendencia. Con Javier tienen una relación increíble, hablan a toda hora, minuto a minuto”, agregó.
Influenciado por Francos, su funcionario más dialoguista, Milei está decidido a frenar los conflictos internos después de la traumática salida de Nicolás Posse en pleno enfrentamiento con la secretaria general, Karina Milei, y el consultor Santiago Caputo. Pero la tarea no le resulta fácil. Aunque quiere resguardar a Luis Caputo, al jefe de Estado le preocupa también mantener entusiasmado al diseñador del DNU 70, en quien confía para ejecutar el proceso de desregulación y optimización del Estado y a quien elogió innumerables veces. La última, en la Fundación Libertad, cuando lo llamó “coloso”. Además, no es poca cosa su predisposición a recibirlo en persona, cuando en general deja las decisiones sobre política y designaciones en sus colaboradores, sean Francos, Karina o Caputo (el asesor).
Además de la pulseada por las empresas públicas y las privatizaciones (como ya contó Infobae), en el fondo de la disputa entre ambos yace, justamente, la preocupación del ministro por la meta fiscal, en la medida en que Sturzenegger pide discrecionalidad sobre el presupuesto. “Es muy difícil modernizar el Estado, por ejemplo, sin plata para indemnizaciones”, admitieron, para darle la derecha, cerca de Milei.
Un alfil del guardián de la caja contrarrestó: “Es de sentido común, algo lógico: nadie puede hacer un gasto sin consultar a Economía”. Cerca del Presidente, en un intento por hacer equilibrio, coincidieron: “Todos tienen que consultar primero con Luis”. Y pusieron como ejemplo los aumentos de la Asignación Universal por Hijo. “Sería raro que no pudiera opinar Toto, porque opina en cualquier rubro, desde el monto de las ayudas sociales hasta la construcción de las cárceles”, dijeron.
A Milei y a Caputo los separa sólo un piso (la Presidencia está en el primero, Sturzenegger atiende en el segundo). Pero el impacto de las opiniones de Caputo, desde la mano de enfrente de Hipólito Yrigoyen, dificulta las condiciones para que puedan recorrer esos metros y verse, finalmente, en persona. Por lo pronto, para que la charla se produzca esta semana, las negociaciones, que llevan 15 días, deberían acelerarse, porque mañana aparece en la agenda presidencial, inamovible, su visita a Rosario para conmemorar el Día de la Bandera; y por la noche está prevista su partida rumbo a España, para iniciar la nueva gira que incluirá también Alemania y República Checa y lo mantendrá abocado al ámbito internacional hasta el lunes.