Iker Muniain fue el protagonista de la victoria de San Lorenzo por 2-1 sobre Banfield por la 16ª fecha de la Liga Profesional. El español tuvo una enorme actuación que coronó con sus dos primeros goles en el fútbol argentino. De las tribunas del Nuevo Gasómetro cayó el primer “Olé, olé, olé, vasco, vasco”.
Fue un partido vibrante, plagado de emociones, con intervenciones del VAR y un correcto arbitraje de Sebastián Martínez, que debió tomar varias decisiones fuertes durante los 90 minutos. El Ciclón había arrancado mejor y hasta se había puesto en ventaja a través de Nahuel Bustos, pero el ex-Talleres la había bajado con la mano y fue el VAR el que asistió al referee para que lo anulara
Luego llegó el más polémico de los fallos, aunque fue poco discutido. La falta de Cristian Núñez sobre Bustos dentro del área terminó en penal y en la primera oportunidad de Muniain de anotar un gol en el fútbol argentino. El vasco se hizo cargo, definió con el pie abierto y se descargó con su primer grito de gol como jugador de San Lorenzo.
Antes de que llegara el descanso, una mano bien sancionada dentro del área local le brindó a Banfield la inmejorable chance de la igualdad. Bruno Sepúlveda cambió penal por gol y parecía darle tranquilidad al Taladro de cara al entretiempo. Sin embargo, llegó la segunda amarilla y posterior expulsión de Núñez en el sexto minuto adicionado y el escenario cambió.
Sin arriesgar demasiado, pero asumiendo la responsabilidad de ir por el triunfo, San Lorenzo tomó las riendas del juego y a los seis minutos del complemento apareció otra vez la figura de la cancha. Muniain lanzó una contra que tuvo a Ezequiel Cerutti como punta de lanza y terminó con un centro bajo al medio del área que el vasco transformó en gol con un sutil y preciso toque de zurda.
El resultado le hacía honor a lo que se había visto en cancha, pero el Taladro no se dio por vencido y luchó hasta el final con un hombre menos. Pudo haberlo empatado, pero se lo perdió en la última. San Lorenzo venció 2-1 a Banfield en el Nuevo Gasómetro gracias a la tarde mágica de Muniain y el Nuevo Gasómetro se desahogó en un festejo muy esperado.