El cantante provocó el furor de miles de fanáticos en el primero de sus shows en el país y reafirmó su amor por Argentina.
Con una entrada explosiva, este miércoles, Lenny Kravitz tomó el escenario del Movistar Arena e hizo vibrar a 14.000 personas en el inicio de su esperado show en Buenos Aires. En un ambiente eléctrico, iluminado por un juego de luces vibrantes, el estadounidense abrió la noche con el potente riff de su clásico “Are You Gonna Go My Way”, desatando una ovación que resonó en todo el lugar. Vestido con su característico estilo bohemio y rockero, el artista avanzó hacia el frente del escenario mientras su banda lo acompañaba en perfecta sincronía. La mezcla de guitarras, batería y la voz inconfundible del músico llenaron cada rincón del estadio, poniendo a todos de pie desde los primeros compases.
Fiel a su estilo rockero, el músico apareció en escena con una campera de cuero negra, pieza icónica de su vestuario. Su look incluía una remera brillante dorada, que agregaba un toque glamuroso y llamativo. Además, lucía un collar de múltiples cadenas doradas, reforzando su estética de lujo y extravagancia. Para completar su outfit, el artista vestía jeans ajustados oscuros que resaltaban su figura. Con sus manos, la leyenda del rock mostraba todo su talento con su guitarra. Al tiempo que sus largas rastas, su distintivo sello personal, se movían al ritmo de sus pasos.
Luego, el músico continuó el show con una sucesión de temas que recorrieron las distintas facetas de su carrera, enmarcadas dentro de su actual gira mundial Blue Electric Light, titulada como su más reciente álbum de estudio lanzado en mayo de este año. Así sonaron canciones como “Minister of Rock n’ Roll” y “Bring it On”, las cuales reafirmaron su característico estilo, que mezcla rock, soul, funk y pop en un equilibrio único.
Kravitz también introdujo algunos de los temas nuevos de su último disco, como “TK421″ y “Low”. Entre estas novedades, los clásicos como “It Ain’t Over ‘Til It’s Over” y “Fly Away” provocaron la ovación de más de 10.000 almas, confirmando que sus grandes éxitos mantienen una vigencia inquebrantable.
Al cabo de dos horas de show, la inolvidable noche estaba a punto de llegar a su final. En ese momento, Kravitz dejó en claro por qué sigue siendo una de las figuras más icónicas del rock mundial. Mientras sonaba “Let love rule”, el estadounidense se tomó un momento para saludar personalmente a las primeras filas. Ya sin su campera, el cantante bajó con el torso desnudo y se dirigió a los fans. Tras una breve recorrida, el artista dio la vuelta al lugar, mientras la banda continuaba tocando, y subió al escenario para el final de la canción.
El final del show fue una explosión de luces y sonidos, donde los acordes de la guitarra y los ritmos de la batería resonaron en el aire porteño, creando un clímax que parecía no tener fin. Con una última reverencia, y al tiempo que mantenía el puño en alto, Kravitz prometió volver pronto, dejando a sus fanáticos con una sensación de euforia y nostalgia. El público, aún electrizado, coreó su nombre mientras las luces del estadio se encendían lentamente, marcando el cierre de un show que quedará grabado en la memoria de Buenos Aires.
Este cierre espectacular subrayó la relación especial que Kravitz tiene con sus seguidores en Argentina. Desde su llegada al país, el artista compartió en redes sociales imágenes y mensajes que reflejaban su entusiasmo por regresar a esta tierra. Se trata de la cuarta visita del reconocido músico al país, ya que sus últimos shows en Buenos Aires fueron en marzo del 2005 en La Bombonera, en 2011 en el Club GEBA -como apertura del Personal Fest- y en 2019 como uno de los cabezas de cartel de Lollapalooza Argentina.
Esa conexión quedó evidenciada durante el show, no solo en su interpretación impecable, sino también en su constante interacción con los fans, quienes respondieron con una energía desbordante y aplausos interminables. Este jueves el cantante dará su segundo show en Buenos Aires, el cual forma parte de un recorrido que comenzó en junio en Alemania y lo llevó por Europa, Estados Unidos y Brasil.