La artista transitaba una dura enfermedad y estaba internada en el Instituto Fleming, de la ciudad de Buenos Aires.
María Socas, reconocida actriz argentina de teatro y televisión, falleció este martes a los 65 años en el Instituto Fleming, de la ciudad de Buenos Aires, tras luchar contra una larga enfermedad. Según confirmó uno de sus grandes amigos, Gerard Confalonieri, a Teleshow, María se encontraba hospitalizada desde hacía diez días en dicho nosocomio. Nacida el 12 de agosto de 1959 en Buenos Aires, dejó un legado artístico y personal marcado por la sencillez, la conexión con la naturaleza y su dedicación al mundo de la actuación. Y sobre todo, deja el amor incondicional de su compañero, Rubén Brenner, con quien tuvo a sus dos hijos, Sasha y Wanda.
“Tuve una infancia de mucha naturaleza”, recordaba Socas al hablar de sus primeros años, en los que pasaba temporadas en Entre Ríos debido a los viajes frecuentes de su padre. Criada en un entorno que poco tenía que ver con las grandes ciudades, se entretenía con lo simple: “Jugaba con las plumas de los pájaros, con las hojas. Me contaron que cuando era bebé, mi cochecito siempre estaba debajo de un árbol”. Esta sensibilidad por los espacios naturales la acompañó toda la vida, encontrando calma en lugares abiertos cuando enfrentaba dificultades personales.
A lo largo de su carrera, María Socas brilló en diversos roles, tanto en el teatro como en la pantalla chica. En 2014, protagonizó El secreto de la vida, una obra dirigida por José María Muscari, donde interpretó a una mujer que espera un hijo junto al personaje de Brenda Gandini, gracias a una inseminación artificial. Esta experiencia fue un desafío para Socas, especialmente por una escena en la que debía besar a su colega. “Besar a una mujer es igual que besar a un hombre”, comentó en su momento, y agregó que el mayor reto era lograr la verosimilitud de la escena para el público.
La obra, además de ser un éxito, tuvo un impacto personal en su vida familiar. María consultó con sus hijos adolescentes, Sasha y Wanda, que en ese entonces tenían 19 y 17 años respectivamente, quienes la apoyaron incondicionalmente: “¡Ay, má. No seas antigua, parecés arcaica!”, le respondieron con humor. Sus hijos, lejos de generar prejuicios, celebraron su trabajo y disfrutaron del resultado final.
En 2018, Socas volvió a destacarse en el escenario con la obra Brujas, un clásico del teatro argentino que regresó con un elenco renovado. Junto a figuras como Inés Estévez, Andrea Bonelli, Viviana Saccone y Romina Ricci, la actriz demostró su vigencia y versatilidad en un proyecto que atrajo a multitudes en Villa Carlos Paz.
En televisión, participó de grandes éxitos como Atreverse, el unitario que se emitió entre 1990 y 1991, por Telefe, que consolidó aún más su carrera, Tiempo Final, Amor en custodia, Mujeres Asesinas, Amas de casa desesperadas, Mujeres de nadie, Santos y Pecadores, La Celebración, El maestro, entre otras. En cine, No habrá más penas ni olvido, Los chicos de la guerra, Kamchatka, El espejo de los otros, La sangre roja, entre muchas otras. También se destacó en teatro, con piezas como Nuestro fin de semana, Gorda, Por amor a Lou, Brujas, Platonov.
La Asociación Argentina de Actores también se sumó a su triste despedida. A través de su cuenta de X, expresó sus condolencias a sus seres queridos.
María Socas no solo será recordada por su talento en las tablas y en la pantalla, sino también por su rol como madre y su forma de ver la vida. Cercana a sus hijos y a su entorno, encontraba en las pequeñas cosas de la naturaleza un refugio ante las adversidades. “Si estoy medio rara o mal, vengo a la plaza de aquí enfrente y miro el cielo, salgo de la cosa chiquita del problema y recupero la calma”, confesaba en una entrevista.
En su cuenta de Instagram cuenta con muchas fotos de su lugar en el mundo: Miramar. Junto a sus hijos y su pareja, la actriz ha pasado innumerables momentos al lado del mar. En una de las últimas fotos que compartió su pareja, se los puede ver abrazados en la playa, disfrutando de su muta compañía.
La muerte de María Socas deja un vacío en el ámbito artístico argentino, pero su legado, lleno de talento y sencillez, vivirá en cada una de las historias que interpretó y en los recuerdos de quienes la admiraron, tanto en el escenario como en la vida cotidiana.