Racing Club despidió un 2024 que quedará grabado en la memoria de sus hinchas, consolidando su regreso a la élite internacional con la consagración en la Copa Sudamericana. En un Cilindro repleto y vibrante, venció por 1-0 a un River que no logró cumplir su último objetivo del año: clasificar directamente a la fase de grupos de la Copa Libertadores. Ahora, los dirigidos por Marcelo Gallardo dependen de que Vélez o Talleres se consagren este domingo para evitar la temida fase previa.
Desde el inicio, el equipo de Gustavo Costas mostró una actitud arrolladora. Maximiliano Salas encendió las alarmas para Franco Armani con un disparo exigente, y un polémico agarrón de Leandro González Pirez a Roger Martínez casi desemboca en penal, aunque el VAR determinó lo contrario. La presión de Racing era constante, y aunque un gol de Martínez fue anulado por posición adelantada, la insistencia dio frutos a los 35 minutos, cuando Salas cabeceó un córner de Juan Fernando Quintero al segundo palo, desatando la euforia en Avellaneda.
River, por su parte, intentó reaccionar con un triple cambio al inicio del complemento: Rodrigo Aliendro, Miguel Borja y Gonzalo “Pity” Martínez saltaron al campo para dinamizar el ataque. Y vaya si lo lograron, aunque la falta de puntería les jugó en contra. Arias se lució atajando un remate de Aliendro y un disparo de Mastantuono, mientras que un intento de Solari rozó el travesaño y otro del Pity estremeció el arco sin llegar a cruzar la línea.
Costas también movió el banco y optó por reemplazar a Juanfer Quintero, decisión que despertó la molestia del colombiano. Sin embargo, Racing logró mantener el control del juego, incluso generando una chance clara de Johan Carbonero que Armani desvió con solvencia.
El pitazo final desató una fiesta inolvidable en el Cilindro, con Leonardo Sigali siendo ovacionado en su despedida. Para River, fue el cierre de un año marcado por la irregularidad, mientras Racing celebra con alegría y optimismo un futuro que luce prometedor.