Con gran dolor y un profundo respeto, amigos, colegas y allegados se hicieron presentes en el lugar para acompañar a Elba Marcovecchio —su esposa— y las hijas del reconocido periodista, Bárbara y Lola.
La Casa de la Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, fue el lugar elegido para darle el último adiós a Jorge Lanata. El velatorio se desarrolló en la Avenida de mayo 575, precisamente en el viejo edificio del diario La Prensa. Las puertas reabrirán esta mañana pasadas las 7.
Las puertas se abrieron pasadas las 23:30 al público en general. Minutos antes, la familia y sus principales allegados tuvieron un momento íntimo para despedirse del reconocido periodista. La entrada estuvo habilitada hasta las 2 de la mañana, cuando las puertas se cerraron y se volverán a habilitar a partir de las 7 de la mañana.
Se trata de un lugar significativo para el hombre que cambió la forma de hacer periodismo en la Argentina.
Luego del velatorio, el destino elegido será el Cementerio Campanario Jardín de Paz, ubicado en Ruta 2 km 34.2, Florencio Varela, en la Provincia de Buenos Aires, en donde finalmente los restos del conductor de Periodismo para todos, Lanata sin filtro y Día D descansarán.
Mientras comenzaban los preparativos para el último adiós a Lanata, Elba Marcovecchio llegó al Hospital Italiano para que se pueda trasladar el cuerpo al lugar en donde ya comenzaban a reunirse personas para despedir al periodista.
Unos minutos antes de las 22 horas, Lola Lanata, la hija menor de Jorge, arribó a la Casa de la Cultura. En simultáneo, comenzaron a llegar las primeras coronas de flores y los seguidores del periodista se agolpó en el frente del lugar.
Casi al mismo tiempo, Elba se retiraba del hospital siempre acompañada por Jazmín Salgado, una de sus amigas, entre lágrimas y desconsuelo.
En el edificio de la calle de Avenida de Mayo comenzaba a formarse una fila de personas, mientras iban ingresando amigos, familiares y colegas de Lanata. Uno de los pedidos de la familia fue la prohibición del ingreso de cámaras al lugar.
Alrededor de las 22:30 horas llegó Bárbara Lanata, la hija mayor del periodista, contenida por Andrea Rodríguez, su madre y ex esposa de Jorge. Entre las primeras figuras públicas que se acercaron en la primera hora del velatorio se encuentran Eduardo Feinmann, Ernesto Tenembaum, Nacho Otero y Manu Jove.
«Se fue un maestro, uno de los grandes periodistas de la historia argentina, un tipo talentoso, audaz, valiente, un número uno. Son muchísimos recuerdos, el recuerdo fuerte es el del Día D (Programa), de los años del menemismo, en ese programa que cambió la historia del periodismo televisivo de la historia», recordó Tenembaum luego de dar el último adiós.
En tanto, Feimmann también le dedicó unas palabras: “Dolor, tristeza, se fue uno de los mejores periodistas del país de los últimos 30 años, un hombre fundamental de los últimos 20 años de la lucha contra el kircherisnimo”.
Minutos después, Marcovecchio logró ingresar a la Casa de la Cultura, a medida que aumentaba el número de personas que aguardaban en silencio poder despedir a Lanata, agradecidos por su trabajo y recordando sus años de carrera.
Las coronas fúnebres llegaron con el correr de las horas. Eltrece, canal que fue su casa los últimos años en donde realizó PPT, envió sus respetos. “Tu esposa, Valentino y Allegra”, se leyó en otro de los arreglos florales de Elba Marcovecchio y los hijos que ella tuvo con su primer marido. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, hicieron lo propio.
En el lugar, no faltaron los elogios a la gran trayectoria de Lanata. Incluso, los presentes —entre los que se encontraban periodistas, ciudadanos y allegados— recibieron el cuerpo con aplausos. El nombre de Jorge fue coreado por la multitud que esperaba el momento del velatorio.
Chano Charpentier, quien era su amigo, fue otro de los famosos que visitó el lugar. “Él siempre estuvo conmigo. Le costaba caminar. No podía caminar, directamente, iba en una silla de ruedas y siempre estuvo al lado mío”, destacó, sensibilizado. “Siempre me habló bien, quiso lo mejor para mí. Cuando me tuvo que decir ‘ponete las pilas, ponete bien’, lo hizo”, señaló.
“Yo hablé hace poco con él, una semana antes de que lo internen. Yo ya sabía que esta última vez iba a ser bastante complicada porque no lo vi bien esta vez. Él zafó de muchas, pero lo que me quedó todo el día en la cabeza es que hoy se fue feliz. Se fue enamorado, como si fuera una persona de 16 años. Estaba enamorado de sus hijas, enamorado de la vida y nunca dejó de hacer cosas. Yo me quedo con que mi amigo se fue feliz”, compartió el músico.