El gobierno norteamericano reforzó los impuestos a los productos chinos pero dejó un piso de 10% para el resto.
El anuncio del presidente norteamericano Donald Trump de establecer una pausa por 90 días en la suba generalizada de aranceles que había impuesto hace una semana impactará en la Argentina, aunque el país seguirá estando sujeto a ese 10% de alícuota tributaria para los productos que quieran ingresar en el mercado estadounidense.
La medida ya es analizada por el Gobierno nacional y la Cancillería, que es la encargada de llevar adelante negociaciones por este tema con Washington. El sector privado argentino asegura que es temprano para considerar las consecuencias concretas de esa decisión hasta tanto se conozcan más novedades.
El mandatario norteamericano definió una tregua de tres meses para todos los países que fueron afectados por la escalada arancelaria salvo para China. Trump aseveró que 75 países ya iniciaron conversaciones para renegociar el esquema recíproco de barreras arancelarias, un grupo en el que se encuentra la Argentina, que desde la semana pasada abrió una línea de diálogo con la Casa Blanca.
La medida conocida este miércoles por la tarde, justo una semana después del anuncio del “Día de la Liberación”, dejará en términos prácticos a la Argentina con el mismo nivel de arancel de 10%, aunque esa cifra será el piso universal que quedará para el resto de los socios comerciales. Así, el mínimo arancelario será transversal para la mayoría de los países alcanzados.
El efecto, en ese sentido, sería negativo para los productos nacionales, ya que el hecho de que para todas las economías el porcentaje de arancel sea el mismo le hace perder a la Argentina la “ventaja” comparativa que había obtenido ante los países que habían sido sujetos a impuestos mucho más altos. Así lo explicó el experto y consultor en comercio internacional Marcelo Elizondo.
“En principio Argentina tenía una posición preferencial: solo 10% frente a muchos otros países con más. Pero ahora estamos todos iguales. Perdemos esa ventaja. Pero parecería que comienzan a negociar (Trump habla de los 75 países que lo han pedido como razón de la postergación). Por lo que no sabemos qué acuerdos pueden ser logrados en esas negociaciones”, dijo Elizondo.
“Lo que hay hoy es una tremenda confusión que hace que cualquier empresa postergaría sus decisiones y esperarán hasta que termine este proceso de transición permanente. Mientras no haya reglas es muy difícil operar”, concluyó Elizondo.
Fernando Landa, presidente de la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA), explicó que las posiciones arancelarias con alícuotas superiores al 10% que estableció ahora Trump como piso para todos no serán incluidas. “Siguen vigente los aranceles por aluminio, acero y autos. Veremos en el cobre, madera, farmacéutica o semicondictores”, aseguró. “Argentina queda competitivamente igual que antes de las medidas salvo en acero, aluminio y autopartes, que son el 11% de las exportaciones a Estados Unidos y en aquello que compita en EEUU con Canadá y México, ejemplo carne, maní y otros”, dijo.
Este miércoles, por otra parte, la secretaria de Agricultura norteamericana Brooke Rollins defendió el plan Trump para los productores agropecuarios de ese país y aseguró que hay productos del exterior que podrían estar en la mira de la Casa Blanca, entre los que nombró a la carne argentina.
“El pueblo eligió a un disruptor en noviembre por voto popular, y en los estados clave, todos con la idea de que este Presidente llegaría aquí y se acabaría la normalidad. Se acabó el statu quo. Vamos a poner a Estados Unidos primero, no a China, ni a India, ni a la carne desde Argentina, ni a los productos lácteos de Canadá, sino a Estados Unidos primero. Y eso es lo que está haciendo (Trump)”, dijo Rollins en una entrevista con Fox News.
El sector industrial argentino manifestó recientemente su preocupación por las medidas proteccionistas de Trump y alertaron sobre un efecto negativo más profundo de lo previsto. La Unión Industrial Argentina se reunió este martes y publicó un comunicado en el que dio cuenta de la incertidumbre en el sector.
La junta directiva de la UIA manifestó “su profunda preocupación por la situación mundial que originó el aumento de aranceles a la importación del gobierno de los Estados Unidos”. En ese sentido, un comunicado de la UIA mencionó que “en este contexto global, la reducción que hizo el gobierno argentino para la importación de productos como textiles, calzado e indumentaria sin desarrollar previamente una agenda integral de competitividad (financiamiento, baja de impuestos, infraestructura y energía) podría tener un impacto negativo mucho mayor del esperado originalmente”, alertaron los industriales.
Distintos informes de mercado dieron cuenta del impacto que podría tener en el entramado productivo la medida arancelaria de la Casa Blanca. Un trabajo de GMA Capital en base a Indec y la cámara exportadora argentina (CERA) explicitó que la gran mayoría de los productos argentinos que ingresan a los Estados Unidos, antes de la determinación de Trump, pagaban entre 0 y 1% de alícuota, por lo que quedarían fuertemente afectados. Pero, por otro lado, un grupo de bienes que están exceptuados de la medida explican la mitad de las exportaciones totales a ese país.
En la otra mano, sectores como el apícola, vitivinícola y el maní podrían mejorar su posición relativa si logran aprovechar este reacomodamiento en el comercio internacional, remarcó un informe de la consultora Epyca.