El papa Francisco, convaleciente por una infección respiratoria, apareció por sorpresa este jueves en la basílica de San Pedro, que recorrió en su silla de ruedas ataviado con un poncho y pantalones oscuros y en camiseta, para observar la restauración de la zona de Cátedra y rezar en la tumba de Pío X.
Francisco llegó a la basílica en silla de ruedas y con las cánulas nasales para el oxígeno, alrededor de las 13 hora local (9 de la mañana de la Argentina). Allí sorprendió a un centenar de fieles muy emocionados. Lo que más llamó la atención, sin embargo, fue su atuendo: llevaba una camiseta blanca, pantalones oscuros y un poncho posado a modo de manta sobre el pecho, en una imagen muy diferente de la habitual con el hábito papal blanco.
El nuevo gesto inesperado del pontífice, que este domingo había reaparecido por sorpresa al final de la misa del Jubileo de los enfermos y que el miércoles recibió en su residencia -también fuera de programa- a los reyes Carlos III y Camila, provocó la emoción de quienes se encontraban en la basílica en ese momento.
El Papa bendijo a varios niños y a grupos enteros de peregrinos que viajaron a Roma con motivo del Jubileo, se detuvo ante algunos restauradores que estaban trabajando en estas últimas horas antes de la presentación a la prensa de mañana de las obras de restauración de esa parte de la basílica vaticana.
Allí encontró a dos restauradores que se mostraron muy entusiasmados por la visita y de los que elogió su trabajo. Luego preguntó cómo se vive estos días en la basílica, aún más concurrida a causa del Jubileo, según explicó la agencia italiana Ansa.
El pontífice entró en la basílica por la Puerta de la Oración, la más cercana a la Casa Santa Marta, donde se encuentra pasando la convalecencia después de haber sido de alta tras 38 días ingresado por una grave infección respiratoria.
Luego rezó durante menos de diez minutos ante la tumba de Pío X, un pontífice al que siempre ha dicho que se siente muy cercano y ante el que ya acudió a rezar el domingo pasado. En su recorrida bendijo a un bebé.
«Demasiada emoción, mi visión se nubló por las lágrimas y ni siquiera pude sacar una foto», dijo a los medios vaticanos monseñor Valerio Di Palma, canónigo de San Pedro, tras ver la silla de ruedas con el papa empujada por Massimiliano Strappetti, asistente sanitario personal.
«Nos conmovió verlo así, de civil, sencillo. Todos lloraban, incluso los de seguridad», añadió Di Palma, que aseguró que las lágrimas eran de alegría al ver que se había recuperado, según la web vaticana.
También por sorpresa se produjo la visita este miércoles de los reyes británicos Carlos III y Camila, que se encuentran de viaje en Italia, a pesar de que la audiencia oficial se había cancelado debido a la salud de Francisco. Este jueves, a primera hora de la mañana, el palacio de Buckingham difundió una foto en la que se los ve saludando al Papa, sentado en un sillón y sin cánula en la nariz.
Estas últimas apariciones públicas alimentan la esperanza de verlo en las actividades de Semana Santa.