El Ministerio de Salud confirmó que son 69 los afectados en todo el país, según el último boletín epidemiológico.
La hepatitis A, una de las enfermedades hepáticas sumamente contagiosa causada por un virus que causa inflamación del hígado y afecta su funcionamiento, volvió a ocupar un lugar central en la agenda sanitaria nacional.
Durante el primer semestre de 2025 se registraron 69 casos de hepatitis A, con esas cifras, el país alcanzó casi el mismo número que los reportados en todo 2024, cuando se habían confirmado 70 casos de la enfermedad, según el Boletín Epidemiológico Nacional (BEN).
Este aumento sostenido encendió las alarmas del Ministerio de Salud, que declaró al país en zona de brote y advirtió sobre una curva ascendente que supera los valores esperados para esta época del año.
La doctora Gabriela Poblete (MN 137567), médica infectóloga, patóloga y coordinadora de la Comisión de Hepatitis de la SADI, explicó que la alerta actual se vincula con un aumento significativo en la cantidad de casos.
“Veníamos de entre 20 y 55 casos, con un promedio de 31 entre 2019 y 2023. Luego saltamos a 69 en 2024. Y en 2025, ya se superó la cifra registrada el año anterior para esta misma época”, detalló la especialista en enfermedades infecciosas.
El virus de la hepatitis A se contagia por la ingesta de agua o alimentos contaminados con materia fecal o por el contacto estrecho con personas infectadas. No se trata de una enfermedad crónica, como ocurre con la hepatitis B o C, pero puede desencadenar complicaciones graves, especialmente en niños no vacunados. El cuadro más severo es la hepatitis fulminante, que compromete la función hepática de forma repentina y puede derivar en insuficiencia orgánica.
Antes de que la vacuna se incorporara al Calendario Nacional de Vacunación en 2005, el virus de la hepatitis A era la principal causa de insuficiencia hepática fulminante en menores de 10 años en el país. A partir de ese año, la aplicación sistemática de una única dosis a los 12 meses de vida logró modificar el panorama: la tasa de contagios descendió drásticamente y Argentina pasó a ser considerada un país de endemicidad baja.
Sin embargo, desde hace más de una década persisten brotes intermitentes que afectan a adultos jóvenes, en particular varones de entre 20 y 39 años. Los picos se observaron en 2009, 2012, 2014 y 2018. Las cifras de 2025 vuelven a ubicar al país en una situación de riesgo.
El doctor Esteban González Ballerga, jefe de la División de Gastroenterología del Hospital de Clínicas de la UBA (MN 78316), explicó el por qué del incremento de casos en los últimos años. “La tasa de vacunación cayó del 100% al 80% en estos últimos dos años. Quiere decir que todos estos niños sin vacunarse son susceptibles a tener la enfermedad. A los 12 meses de vida, todos deberían vacunarse. Si no la aplicamos fielmente, a futuro va a traer problemas”, sostuvo.
Y agregó: “No hay mejor prevención que vacunarse. La vacuna contra la hepatitis A existe desde hace muchos años y es altamente eficaz. Tal es así que desde el 2005 se da la vacuna a los 12 meses y, gracias a eso, no venían apareciendo casos graves de la enfermedad y ni necesidad de trasplante en menores de 12 años”.
Según González Ballerga, “actualmente, se estima que un 80 a 90% de los adultos ya recibimos la vacuna o tuvimos la enfermedad sin síntomas. Pero hay un 10 a 20% que es susceptible y debe vacunarse. A través de un chequeo de rutina, uno puede saber si está protegido contra la hepatitis A. Y si no, vacunarse”.
“A eso se agrega que hay también transmisión de la enfermedad por sexo anal. Por eso, además de vacunarse hay que protegerse siempre con preservativo, que previene está y otras infecciones de origen sexual. Al menos una vez en la vida es conveniente hacerse la ‘VTV’ del hígado para chequear si tenemos esta u otras enfermedades que afectan al órgano. Una VTV del Hígado debe incluir:
- Consulta médica: acudir a un médico gastroenterólogo/hepatólogo.
- Test sanguíneo: al menos uno para saber con qué anticuerpos se cuenta.
- Ecografía: hacerse una ecografía para ver cuáles son las características del hígado, como el tamaño, y si tiene grasa.
- Vacunas: completar los esquemas de vacunación contra la hepatitis A y B.
- Tratamiento: seguir el tratamiento indicado por el especialista. “La cura es posible con un tratamiento simple, eficaz, que está al alcance de la mano de todos y sin efectos adversos”, dice González Ballerga.
- Hábitos saludables: tener un consumo responsable de alcohol, seguir una dieta saludable, hacer actividad física, tener relaciones sexuales protegidas.
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Hasta la semana epidemiológica 25, se notificaron 69 casos confirmados por laboratorio. Esta cifra equivale a casi todo el total acumulado en 2024, cuando se habían registrado 70 casos, y supera ampliamente el promedio anual del último quinquenio, que rondaba los 31 casos por año.
En 2021 se había registrado un mínimo de 10 casos, y en 2022 el pico fue de 55. El crecimiento de este año representa un cambio de tendencia.
La distribución geográfica revela que los focos principales se encuentran en la región Centro, con 40 casos: Ciudad Autónoma de Buenos Aires (13), provincia de Buenos Aires (11), Córdoba (11) y Santa Fe (5). En el NOA se notificaron 19: Salta (13), Jujuy (4) y Tucumán (2). También se identificaron casos en Mendoza (2), San Luis (1), Formosa (3), Chubut (2), Río Negro (1) y Neuquén (1).
En cuanto a los grupos etarios, 17 casos corresponden a menores de 20 años, 38 a personas de entre 20 y 39 años y los 14 restantes a mayores de 40 años. El patrón de distribución por sexo repite una tendencia ya observada: la mayoría de los casos se detectaron en varones, con 43 notificaciones en total.
Los datos oficiales indican que la propagación del virus está directamente asociada a condiciones sanitarias deficientes y prácticas de higiene insuficientes. El Ministerio de Salud explicó que “la propagación de esta enfermedad se asocia a condiciones sanitarias deficientes y prácticas de higiene inadecuadas”. También mencionó que en países de ingresos bajos o medios la circulación del virus es frecuente, según criterios de la Organización Mundial de la Salud.