El ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, fue denunciado por su reunión con el exagente de la CIA, Tim Ballard, famoso por su supuesto trabajo para combatir la trata de menores.
La demanda recayó en el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°43 y fue presentada por el abogado Rodrigo Tripolone, el apoderado en Argentina de Celeste Marie Borys y Jordana Bree Van de Riet, dos de las mujeres que denunciaron al estadounidense por agresión sexual.
La presencia de Ballard en Argentina y su conexión con las autoridades locales es, de mínima, extraña. Más allá de las versiones que se echan a andar, hay datos concretos: este año, el exagente participó en operativos policiales que realizó la Policía Bonaerense y la Policía Federal Argentina.
En paralelo a esta aparente buena sintonía entre Ballard y los funcionarios nacionales, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, recibió en mayo a Borys y Van de Riet y sus abogados, quienes viajaron a la Argentina, según contó Tripolone, para brindar detalles sobre las acusaciones que pesan sobre el exagente en Estados Unidos.
En el material que se filtró de la reunión entre Cúneo Libarona y Ballard, el ministro le ofrece al exagente poner a disposición sus contactos con el objetivo de limpiar su imagen. Además, le promete conseguir “algunas reuniones con jueces” y hasta lo invita a revisar la modificación del Código Penal que pretende enviar al Congreso.
En la denuncia que se presentó en la Justicia, el abogado Tripolone argumentó: “Al haber recibido oficialmente y luego promocionado públicamente a un ciudadano denunciado por presunta trata de personas y abusos sexuales, el ministro podría haber incurrido en un accionar lesivo del deber de prudencia, transparencia y legalidad en el ejercicio de su función pública”.
Y agregó: “El hecho de entregarle un ‘borrador’ a un ciudadano con intereses espurios a quien además le habría prometido el acceso a medios para lavar su imagen, sería de una gravedad institucional inusitada y que ningún argentino de bien puede dejar pasar”.
La hipótesis de Tripolone es que Ballard tiene un patrón que se repite en los distintos países que visita: se presenta como experto en el combate de la trata de personas y busca protección con las autoridades locales para obtener información de las organizaciones locales y participar de operativos con los que luego alimenta su fama de “caza pedófilos”.