Para todos los equipos, pero especialmente para Alpine, que debe encontrar formas de contrarrestar sus puntos flojos, los viernes son de aprendizaje. Este lo fue más que nunca. En un circuito complicado como el de Bakú, que combina rectas larguísimas con curvas extremadamente lentas, la escudería francesa probó cambios drásticos para ser veloz, no le funcionaron y debió dar marcha atrás. De ahí los resultados de la primera práctica, sorpresivamente malos (Franco Colapinto y Pierre Gasly terminaron a casi un segundo del 18°), y la leve mejoría en la segunda. A fin de cuentas, el argentino resultó 19° y 20°, pero hay terreno por ganar.
Pese a los tiempos, y aun hablando con el diario del lunes, se puede entender qué quisieron hacer los ingenieros de Alpine. ¿Hay falta de potencia y hay que pasar por la recta más larga del calendario, así como por varias otras zonas de velocidad? A probar con un ala descargada, como la que se usa en Monza, para tener menor resistencia aerodinámica y mayor velocidad punta. Consiguieron lo que querían, porque estuvieron a la altura de los más rápidos, pero se descuidó algo fundamental: este trazado callejero cuenta con curvas muy técnicas, y los A525 terminaron perdiendo más de lo que ganaron.
En el segundo entrenamiento libre, la escuderia hizo algunos ajustes que les sentaron bien a los autos. Con los neumáticos blandos, tanto Colapinto como Gasly anduvieron por el fondo, aunque eso cambió al montar los medios: el francés firmó un 1m42s674 que lo posicionó 16° y le dio al equipo un marco en el que trabajar. Habrá que seguir probando en la tercera práctica, que inaugurará la actividad del sábado, en pos de llegar de la mejor manera a la clasificación.