Leonardo Sandon, hijo de Liliana Pisani, habló con Primero Bahía sobre el nombramiento de su madre en la cancha de La Falda.
«La verdad, es que en lo personal y para ella también fue algo inesperado, que el club haya tomado esa decisión, no por todo el trabajo que había realizado mi mamá sino porque uno no dimensiona. Hubiese sido el mejor regalo para mi mamá por lo que ella amaba al club», comenzó diciendo Sandon.
Además indicó que «mi abuela arrancó en el club, porque el hermano de mi abuela, en el setenta y pico era el presidente del club y colaboraba mi mamá, yo en el 77 empecé a jugar y mi mamá comenzó en la comisión. Yo me fui y mi mamá siguió en la comisión hasta este último tiempo de su vida, años ininterrumpidos de formar diferentes comisiones y trabajos dentro del club».
«Mis inicios deportivos fueron en La Falda, tuve la suerte de vivir la etapa en que los chicos vivíamos en el club, nos criamos en el barrio, arrancábamos los partidos a las 10 de la mañana y cortar a la una para ir a almorzar y después a la tarde ir a la placita para jugar al fútbol y hacer tiempo hasta que abra el club de nuevo e ir a jugar al básquet. Lo usamos muchísimo tiempo al club para ir a disfrutarlo y era algo que hablábamos ayer cuando estábamos todos presentes», consideró.
Para cerrar dijo que «La Falda, es como la película Luna de Avellaneda, es un club chico, donde todos se conocen con todos, siempre fue a pulmón, arrancó con un club muy humilde, como el barrio, después fue creciendo y recuerdo las vivencias de los corsos de La Falda, que lo hizo un poco famoso en la ciudad porque venía gente de otros barrios a visitarnos y las pocas veces que tuvo buenos resultados positivos, el primer logro fue en el 90 cuando logró subir de la B a la primera división de básquet, para un club tan chico pero unido son sueños que quedan en nosotros que no vamos a olvidar».