Según pudo saber Infobae, Sergio Massa busca que el ajuste llegue a 1,9 puntos del PBI y el organismo exige 1,5 puntos.
Las idas y vueltas y la tensión con el Fondo Monetario Internacional (FMI) están a la orden del día. Y crecen cada hora que pasa en un contexto en el que un rápido acuerdo técnico con el organismo es vital para la frágil economía Argentina, en un clima que se enrarece más por la campaña electoral.
Así, está pendiente desde hace algunos días el viaje de los funcionarios del ministerio de Economía a Washington. “Van cuando se cierre todo, a escribir el informe técnico del acuerdo que después deberá aprobar el board”, repiten cerca del ministro y candidato Sergio Massa. El viaje que habían confirmado para ayer altas fuentes del Palacio de Hacienda no se concretó. Podría ser hoy. Nadie lo termina de confirmar: el viceministro Gabriel Rubinstein, el jefe de Asesores Leonardo Madcur y el vice del Banco Central, Lisandro Cleri podrían subirse esta noche al avión, o no.
¿De qué depende? La negociación es ardua desde hace varias jornadas e implica muchas aristas, pero la que resta definir, aseguran en Economía, tiene que ver con la cifra de déficit fiscal. “Si se define lo fiscal, viajan hoy”, aseguran. Y repiten una frase que suele decir Massa en las reuniones con su equipo: “No quiero que nadie viaje y estén allá de rehenes, en plena discusión. Vamos cuando todo lo importante esté cerrado”.
Esta tarde, Massa se reunió con Rubinstein y Cleri. También con los secretarios José Ignacio de Mendiguren (Industria) y Matías Tombolini (Comercio). Hablaron del Fondo. No hubo confirmaciones de viajes en los pasillos de Economía. “Tenemos pasaje abierto”, dijeron. Además, Massa, De Mendiguren y Tombolini mantuvieron en encuentro con una delegación de Japón, uno de los países más duros dentro del directorio del FMI. Hablaron de un acuerdo con el Mercosur y de la posibilidad de bajar aranceles de importaciones. El ministro puso el tema del acuerdo pendiente sobre la mesa y pidió apoyo. Rubinstein, en tanto, se reunió con representantes de empresas de EEUU en el país: se habló de la coyuntura, del momento crítico de las reservas y, claro, también del FMI.
La tensión con el organismo es fuerte y “la disputa no es por los desembolsos, es por lo fiscal”, aseveran fuentes oficiales.
Según pudo saber este medio, el FMI busca que el año cierre con un ajuste de 1,5 puntos del PBI. “Massa está plantado en 1,9 puntos. Eso es lo que está en discusión, de eso se seguirá hablando esta tarde”, dijeron este miércoles en Economía.
Así, el monto de los desembolsos –o el desembolso– estarían definido. La primera idea de Massa es que los USD 10.000 millones que restaban desembolsar este año llegaran todos juntos, en junio. Algo que, obviamente, no pasó. Luego se habló de que serán USD 6.000 millones. Nada definido, al menos no que haya trascendido. “La disputa no es por los desembolsos”, repiten cerca del ministro. ¿Será que ese es un tema resuelto? Además queda por resolver si hay más pedidos por parte del organismos para cerrar un acuerdo. Si bien es tema siempre resistido por Massa, la idea de una devaluación brusca es algo con lo que suelen insistir los técnicos del FMI cada vez que se negocian concesiones similares a las que pide Argentina.
El pago de bonos dolarizados y la posibilidad de enfrentar los vencimientos con el propio organismo a fin de mes con recursos propios podría dejar al Banco Central con solo USD 1.000 millones en agosto para controlar la brecha cambiaria. Así, según un informe elaborado TPCG, el Gobierno precisa llegar a un acuerdo para mantener el poder de intervención en el mercado cambiario. De acuerdo a este análisis, si no llega el desembolso del organismo antes de fin de mes, al Banco Central solo le quedarían disponibles USD 1.000 millones en agosto para seguir controlando el tipo de cambio y que no se dispare la brecha cambiaria. Según la casa de bolsa, la situación de las reservas es límite.