El precandidato a gobernador habló de la interna opositora y de la campaña. Señaló cuál es para él la principal diferencia entre Bullrich y Larreta.
El precandidato a gobernador bonaerense de Juntos por el Cambio, Néstor Grindetti, toca varias partituras al mismo tiempo. Intendente del partido de Lanús, presidente de Independiente, y el hombre que la precandidata a presidenta, Patricia Bullrich, eligió para disputar con Diego Santilli por la provincia más grande de la Argentina. Enfrenta a quien ayudó a ganar en las elecciones de 2021, como su jefe de campaña, y también a Horacio Rodríguez Larreta, el jefe de gobierno porteño que también quiere ser presidente. Los cuatro son del PRO y están enfrentados en una lucha sin cuartel hasta las PASO del 13 de agosto.
Grindetti se diferenció de su rival: “Yo soy bonaerense en serio. Nací en Lanús, viví toda mi vida en Lanús y conozco mucho la provincia de Buenos Aires. Soy bonaerense nativo, no por adopción, ni por importación. Diego (Santilli) la verdad que no sé de dónde es, sinceramente. No sé de dónde es originario, donde nació”.
Además, señaló cuál es para él la principal diferencia que hay entre las propuestas electorales de Patricia Bullrich, que es su precandidata presidencial, y Horacio Rodríguez Larreta, que comparte la boleta con su adversario en la PASO: para él no hay que seguir ampliando la coalición de Juntos por el Cambio. “Hoy no es necesario hacer acuerdos para llegar con la mayoría. Lleguemos con lo que tenemos que llegar, y desde ahí, después negociamos”, afirmó Grindetti.
Pero también, el precandidato a gobernador habló sobre los principales desafíos que tendrá si llega a superar la primaria del 13 de agosto y, luego, gana las elecciones generales del 22 de octubre. Apuntó contra el jefe del sindicato docente Roberto Baradel y el camionero Hugo Moyano, como símbolos de la resistencia sindical de base kirchnerista. “Van a querer joder, pero vamos a poder con ellos si tenemos el apoyo de la gente”, afirmó.
-Estamos en la cuenta regresiva, en un momento de mucha tensión, mucho enfrentamiento y roces en Juntos por el Cambio. ¿Cómo está viendo la situación?
-Los roces y enfrentamientos no me gustan. De cualquier manera los veo como natural cuando hay una confrontación y también es natural que alguna palabra se vaya más allá del tono que a uno le gustaría. Lo que no me cabe duda es que después del 13 de agosto vamos a estar todos juntos porque ya pasamos por internas, las conocemos y sabemos cómo son. Procuro que esos fuegos artificiales no sean demasiado seguido ni demasiado fuertes, pero pensando en la gente.
Veo como natural una confrontación, pero pienso en la gente, que está preocupada por otras cosas que por la interna del PRO. Están preocupados por la inflación, la inseguridad, por la educación. Trato de poner fuerte la atención en eso y no tanto en la interna.
-La campaña en la provincia de Buenos Aires tal vez se diferencia de la ciudad de Buenos Aires o la de Santa Fe. No hay tanta virulencia entre usted y Santilli. ¿Se va a poder restablecer la armonía?
-Creo que sí, por lo menos de mi parte sí. Pongo mucho para eso. Ya pasamos la interna de Horacio Rodríguez Larreta contra Gabriela Michetti. La última interna del radicalismo contra el PRO y hoy estamos todos juntos. Sinceramente no veo un problema que puede ser más dificultoso si hubo chisporroteo y sí seguramente pero todos sabemos que a todos nos conviene estar juntos.
-Si le pido que le hable a los bonaerenses, qué lo diferencia usted y sus propuestas con respecto a Santilli ¿Cuáles son los mensajes y las ideas que lo identifican?
-Justamente me gusta la forma de la pregunta. Podemos hablar de mí, después las diferencias que las saque el lector, el vecino, el bonaerense. La primera cuestión es que yo soy bonaerense en serio. Yo nací en Lanús, viví toda mi vida en Lanús, la conozco mucho. Soy bonaerense nativo, no por adopción o por importación, esa es la primera cuestión.
La segunda es que puedo ofrecerle a los bonaerenses que tengo ocho años de experiencia como ministro, manejé el Presupuesto de la ciudad de Buenos Aires, manejé los fondos la ciudad y fue supervitaria. Tuve una muy buena performance en recaudación y fue todo muy ordenado. Transparentamos, metimos tecnología, la verdad que en ocho años ordenamos las cuentas de ciudad de Buenos Aires. Y después tengo ocho años como intendente en Lanús, que es el sur profundo del conurbano bonaerense. El territorio da un conocimiento muy importante de lo que es la idiosincrasia del bonaerense, porque no es lo mismo hacer una plaza en la ciudad de Buenos Aires que hacer una plaza en Lanús.
Parece que estamos sólo a 15 km de distancia, pero la idiosincrasia del vecino es totalmente distinta y conocer eso es muy importante. Tengo un muy buen vínculo con muchos intendentes de la provincia de Buenos Aires y, de hecho, conformamos la fórmula con Miguel Fernández, que es otro intendente -es de Trenque Lauquen- y nos complementamos muy bien. Así que eso eso es lo que puedo ofrecerle a los bonaerenses.
-Dice que usted no es un bonaerense por importación. ¿Santilli sí? Hablaban en el spot que compartió con Patricia Bullrich decía que usted tampoco es un paracaidista.
-Sí, sí, por eso digo, que a mí me gusta hablar de mí. Yo soy eso, después de Diego la verdad que no sé de dónde es, sinceramente. No sé de dónde es originario, donde nació. Yo digo “esto soy yo”. Claramente, cada uno explicará qué es lo que tiene para ofrecer y los bonaerenses decidirán.
Hace mucho tiempo que vengo diciendo que después de tantos años que ocurrió la última vez -NdR, con Eduardo Duhalde, en 1990- debería ser un intendente el gobernador, por la experiencia, porque vivió toda su vida en el territorio y eso tiene un valor agregado importante.
-La campaña entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta ¿cómo afecta a un candidato a gobernador? ¿Lo condiciona, lo favorece?
-Con Patricia coordinamos las agendas para hacer mucha campaña juntos. Me siento muy cómodo con ella, pensamos de una manera muy similar sobre todo en cómo encarar los problemas serios y profundos que tiene la Argentina. Además, me hace sentir muy cómodo porque tengo la seguridad de que ella va a liderar las transformaciones que necesita la Argentina. Va a liderar con firmeza, lo vamos a llevar adelante y no me cabe ninguna duda de que lo vamos a poder hacer.
-Le pido un ejercicio de creatividad y que piense en el 14 de agosto ¿cómo se imagina después de la elección? Obviamente que me va a decir que ganó pero pero lo que le pregunto es cómo piensa articular y cómo piensa arrancar el día después de las PASO.
-La idea es inmediatamente fortalecer los tiempos de dedicación de los equipos técnicos, trabajando en un nivel de detalle el plan de gobierno en dos planos: el plano coyuntural y el plan estratégico de largo plazo. En el primer caso es decir “si llegamos, qué hacemos el primer día”. Tanto a nivel provincial como nacional estamos trabajando con la cantidad enorme de regulaciones que tiene el Estado que hoy le complican la vida a la gente. Vamos a llegar con una batería de proyecto de ley, resoluciones y decretos que liberen la vida de la gente, que dejen fluir la actividad económica.
Después, con el plan estratégico de largo plazo, que incluso, trasciende un período de cuatro años de gestión. Una gran reforma del sistema educativo, el tema bendito de los planes sociales -si bien los planes mayoritariamente no son subsidios de la provincia Buenos Aires- que nos influye mucho. Todo lo que tiene que ver con el costo laboral. La idea es llegar en los dos planos, porque si uno llega con uno solo o si llega con el largo plazo te come la coyuntura y si uno se va la coyuntura nunca resuelve los problemas de largo plazo.
– Kicillof, que está yendo por la reelección y puede llegar a ser su rival, habla de que la derecha viene viene por los derechos, ¿qué opina?
-Eso es lo que le gusta al kirchnerismo, etiquetar y armar relatos. Nosotros no vamos por los derechos de nadie, al contrario, vamos a refrendar los derechos que tiene la gente a vivir bien, a tener un salario digno, a tener una vivienda digna, a poder proyectar su vida, a que sus hijos tengan una buena educación. Todos esos derechos, al contrario, los vamos a exaltar.
Los que están mancillando esos derechos son ellos. Hoy Kicillof habla de ajuste y que nosotros vamos a hacer el ajuste, dice. ¡El ajuste lo está haciendo el kirchnerismo hoy con la inflación! Si nos está ajustando el salario todos los días. Como diríamos en el barrio es verso, es verso el relato kirchnerista. El kirchnerismo hace 20 años que hace relato. ¿Dónde veo el peligro grave? Cuando veo que ellos se lo cree en el relato.
-A ver…
-Claro, ellos mienten tanto que hay un momento donde ellos mismos se lo creen, entonces no hacen nada para evitar los problemas, porque están convencidos de que están bien. Hay algunos kirchneristas que saben que están mintiendo y son especuladores, y hay otros que no se dan cuenta que están mintiendo y por eso meten la pata en un montón de cosas.
-¿Cuáles son los mayores déficits de la gestión de Kicillof?
-Es un gobierno totalmente y absolutamente ausente y la gente no lo ve. Pregunto en las recorridas a los vecinos ¿ustedes ven al gobernador ocupado o preocupado por los problemas que a ustedes les preocupan? Todos me dicen que no, y de verdad, no se ve nada.
El gobernador siente que está como en otro nivel, como que él está en los grandes temas. Pero la provincia se trata de administrarla, obviamente que tiene un contenido político, pero tiene que tener mucha gestión y hoy de la provincia de Buenos Aires no sale nada, es todo complicado. Tanto, que la vicepresidenta le ha pedido a Kicillof, hace un año y medio, que pusiera intendentes a manejar determinadas áreas del gobierno porque estaba todo trabado y no lo podían destrabar, porque son en general teóricos.
-Un ejemplo es Insaurralde.
-Insaurralde, también Juan Pablo De Jesús, en obras públicas, gente que tiene experiencia y que lograron mover un poquito, pero no arreglar la cuestión de fondo.
-En las encuestas Kicillof aparece con buena imagen, ¿cómo se explica?
-Lo tengo visto en Lanús y lo tengo muy claro. Le pongo un ejemplo: los hospitales en Lanús son provinciales y son un desastre. La gente viene y se queja conmigo porque no tiene claro si el hospital es municipal o es provincial. Como a mí no me gusta decirle a la gente “mire, esto no es responsable mía; a mí ni me dejan entrar al hospital”, trató de solucionarles el problema. Pero claramente la responsabilidad es de Kicillof y si los vecinos tuvieran claro de que es así no tendría el voto que tiene. Hay como una niebla en la visión del vecino respecto de la acción de la gestión del gobernador.
-Se plantea que la provincia de Buenos Aires puede ser la trinchera del kirchnerismo para resistir una eventual victoria de Juntos por el Cambio en la Nación. ¿Comparte esta idea?
-Hay una sensación que es bastante fea, que sienten que es de ellos, que tienen la propiedad de la provincia de Buenos Aires y entonces la van a defender seguramente con uñas y dientes. Hay una característica de la visión que tiene el kirchnerismo del Estado que es casi aquello de “el Estado soy yo”, “soy dueño del Estado y hago lo que quiero” y en la democracia no es así. En la democracia hay un Parlamento que tiene que convalidar todas las leyes y donde las minorías tienen voz, tienen voto, y de alguna forma deben ser escuchadas, pero el kirchnerismo no escucha, es imposible negociar con el kirchnerismo.
-Con respecto la coparticipación federal, hay una discusión que se remonta a décadas sobre cuánto le corresponde a la provincia de Buenos Aires.
-El tema coparticipación, en general, habría que reformularlo a nivel país, pero es muy difícil porque requiere la unanimidad de las provincias.
-Es una ley convenio.
-Claro. Hay provincias que el 90% de sus gastos se bancan con impuestos nacionales, entonces ese gobernador no se preocupa por recaudar sus impuestos locales. Parece un gobernador bueno porque no aumentó sus impuestos, total lo bancamos entre todos.
Eso habría que verlo en el largo plazo, pero es muy difícil. ¿Entonces qué hay que hacer? Hay que reconstituirle a la provincia de Buenos Aires el Fondo del Conurbano, que más o menos la acercaba un poco más la diferencia entre lo que la provincia pone o deja en la torta general de la coparticipación nacional y lo que retira. Hay una diferencia demasiado grande. Eso en parte con María Eugenia Vidal se había solucionado, pero hoy por hoy hay un manejo discrecional de fondos del gobierno nacional al gobierno provincial, entre el presidente y el gobernador. Los fondos que envían a la Provincia dependen de las presiones y las internas que tienen.
Lo que pretendemos, y de hecho lo estamos hablando ya con Patricia y esto es uno de los temas que después de las PASO vamos a hablar mucho, es que hay que blanquear esa situación. ¿Cuánto le está dando Nación a Provincia? Si es suficiente o es lo que aspiramos, consolidemos eso, y hagamos un convenio para que quede escrito y no sea una cuestión voluntaria y discrecional de las personas que están circunstancialmente en el Poder. Dejémoslo escrito para quedarnos todos tranquilos de que eso va a venir. En eso vamos a estar trabajando.
-¿Entonces quieren reeditar el Fondo del Conurbano?
-Como concepto sí, porque no se puede ir a una reformulación de toda la coparticipación. Pero tiene que estar claro cuál es el criterio con el cual se transfieren esos fondos. Si a mí me preguntaran cuál es la solución ideal, diría que la provincia tal o cual -no importa, no vamos a nombrar a nadie para que nadie se sienta aludido- ustedes son deficitarios, el 90% de los gastos se banca con recursos nacionales, miren tienen 10 años para ponerse en orden, porque no puede ser que todos banquemos la ineficiencia de un Estado.
Tienen 10 años y vamos a ver cómo se van adecuando para que en algún momento la coparticipación sea más justa en términos de lo que se pone y de lo que se saca. Ese es un proceso muy largo y la provincia de Buenos Aires no puede esperar ese proceso, porque si no se estaría desfinanciado.
-Usted sabe de Economía, tuvo responsabilidad en el manejo de cuentas fiscales y demás. Sabe que si se le da a alguien se le saca a otro.
-A la Nación y eso hay que aclararlo bien. No digo que la provincia de Buenos Aires le tiene que sacar a la ciudad de Buenos Aires o a otra provincia. Eso sí es una negociación donde todos tienen que estar de acuerdo. No puede ser como hizo este gobierno que, de prepo, le sacó a la ciudad de Buenos Aires y le dio a la provincia, solamente porque el gobierno de la ciudad no es del mismo palo que el gobierno nacional. Nación tiene que poner eso, no hay ninguna duda.
-Hablemos de los temas concretos de gestión. ¿Qué piensa sobre la inseguridad, cómo resolverlo y cuáles son las medidas que prepara? Y algo importante, si tiene ministro para el área.
-Empiezo por la última: todavía nombres de ministros prefiero no dar. Hoy la situación de la inseguridad en la provincia de Buenos Aires empeoró. Estamos peor que hace cuatro años y esa es la primera definición. Y hace cuatro años estábamos mejor que en el 2015. También, en el 2015, llegamos a Lanús y hubo 15 asesinatos en ocasión de robo. En el 2019 no hubo ninguno. Esto es un dato no menor para justificar lo que lo que voy a comentar.
Los municipios ponemos mucho. En Lanús hay mil cámaras de última generación, 13.000 botones de pánico, tenemos 85 móviles de seguridad ciudadana que hace prevención, mientras que la Policía tiene 30, es decir que triplicamos los móviles policiales. Tenemos un centro monitoreo de excelencia, que ahora lo estamos ampliando. Eso lo pone en el municipio, que no lo tendría que poner pero lo pone. Primera cuestión para poner en blanco sobre negro: si los municipios se van a hacer cargo de esto, que quede en un convenio entre los municipios y la provincia, bien clarito, que incluya cuáles son nuestras obligaciones.
Un paso más allá es que la Policía Local -que es el vigilante de la esquina, la Policía de cercanía- dependa del intendente. Es un paso legal y hay que cambiar la ley. ¿Por qué decimos esto? Porque el intendente es el que está en el territorio, el que tiene el ascendiente sobre lo que lo circunda, y necesita el mando sobre el comisario de la policía local. No es lo mismo decirle “comisario, por favor, acompáñame a un allanamiento”, que “comisario vaya a hacer el allanamiento”.
Después, yendo más allá, y ahora sí desde la provincia, nosotros queremos bajar la ley de imputabilidad de los menores. Creemos que un chico de 15 años que mata, tiene que ir preso, pero no puede ir preso a una cárcel al lado de un narcotraficante de 50 años. Hay que ordenar el sistema penitenciario y hacer cárceles especiales para estos chicos que delinquen. Después está el tema de las alcaidías…
-Espere. Hagamos un punto ahí. ¿Cómo es eso? ¿Hay que bajarle la edad de imputabilidad más?
-Creo que hay que bajarla más. Hay que bajarla más.
-¿A cuánto?
Hay que ver un tema muy finito, técnico. A 14, 15 años hay que bajarla.
-¿Por qué?
-Porque frente a un chico que mata, a la sociedad la tenemos que defender. Lo debemos tener detenido para que no siga matando pero, de nuevo, en una cárcel distinta, porque a ese chico hay que reencausarlo y es más fácil de reencausar que un narcotraficante de 50 años. No lo tenemos que dejar contaminado y tenemos que darle una chance de salida, por lo tanto, es una cárcel totalmente distinta a las otras. Lo que no se puede hacer es una cosa sin la otra bien. Si bajamos la ley de imputabilidad y metemos a los pibes presos ahí hacemos un desbarajuste.
Después está el tema de las comisarías: hoy los calabozos de las comisarías están atiborrados de presos y eso genera, primero, que estén en condiciones infrahumanas; pero después genera un policía que está cuidando el calabozo, que si no hubiera presos, ahí estaría en la calle. Y, además, se escapan. Esto pasa, por eso lo que hay que hacer es alcaidías. Este gobierno hace dos años lanzó un programa de alcaidías que nunca empezó. Hay que construir alcaidías para el detenido, mientras está su proceso.
-¿Para usted, el gobierno provincial tendría que construir las alcaidías?
-Sí, para todo lo que son detenidos bajo la ley y el Código Procesal Provincial, sino están las cárceles federales. Después está la Justicia. En Lanús tenemos la suerte de tener buenos fiscales y ellos trabajaron muy bien con nosotros. Ya es un tema que sale de la provincia, pero uno lo dice porque tiene que funcionar. Los fiscales tienen que estar atentos y tienen que por ejemplo dar los allanamientos cuando corresponde, en el momento que corresponde. Después, lo que esperamos, es que haya jueces probos, que no se pongan del lado de los chorros y estén del lado de la gente.
-¿Hoy pasa eso?
-Y.. hay algunos que sí. Esto que vemos de gente que delinque, sale mata y vuelve a matar. Hay cierta liviandad en algunos jueces, no digo “la Justicia”. Pero en algunos jueces hay cierta liviandad y mucho garantismo.
-¿Por qué?
A veces dejan salir delincuentes que tendrían que estar adentro. Hay un tema muy interesante que está trabajando Patricia Bullrich a nivel federal y queremos replicar a nivel provincial que es la definición de “reiterancia”. Cuando se detiene a una persona, empieza el proceso del juicio, lo excarcelan, vuelve a cometer un delito, vuelve a entrar, y como este juicio primero todavía no terminó, lo vuelven a soltar. Una cosa es la reincidencia, que es aquel que delinquió, después que fue condenado, y otra cosa es la reiterancia. Vamos a decir que, cuando reitera dos veces, queda adentro y no hay excarcelación posible.
-Vinculado a la inseguridad, el tema de narcotráfico. ¿Cómo se aborda este este tema de parte de la provincia de Buenos Aires?
-Nuestra experiencia en el Conurbano indica que lo que pasa aquí es distinto a lo de Rosario, porque en Rosario hay narcotráfico del grande y en el Conurbano hay narcomenudeo, se vende minorista. La experiencia es que el tema se resuelve solo con una convicción muy fuerte y con mucha valentía de los líderes, de los que manejan el Estado: del gobernador, del presidente.
En los cuatro años de gobierno, de 2015 al 2019, en un trabajo en conjunto entre Patricia Bullrich, que era ministra nacional; Cristian Ritondo, que era ministro de la provincia; y el equipo nuestro, que lideraba Diego Kravetz, analizamos un mapa del delito y volteamos 75 búnker de venta minorista en Lanús. Con la ayuda de los fiscales, que nos daban el allanamiento cuando correspondía, y la ayuda de la Policía, que cuando pedíamos los allanamientos, nos acompañaban.
Hoy en Lanús -no digo que no haya, porque eso no lo puedo asegurar- pero hoy no tenemos detectado ningún punto fijo de venta minorista en los barrios populares de Lanús. Sí hay venta ambulante.