Milad Al Shaer, inmigrante Sirio, estuvo presente en los estudios de Primero Bahía, para hablar sobre el día del inmigrante y su vida en nuestro país.
«Para aprender castellano tenemos que aprender hablando con la gente. Hace cuatro años que estoy en Argentina, vine a Argentina porque mi mamá es Argentina y la otra razón es el país más tranquilo, no tiene guerra ni nada, hay paz», comenzó diciendo Milad.
Además dijo que «mi mamá se fue cuando tenía 6 años a Siria, hice la escuela en Siria, primaria y secundaria y en la universidad estudié en Alemania, en financiera y bancos, trabajé en Dubai, fue en el año 2008, me quedé dos años, siempre era algo más nuevo y actualizado».
«Cuando llegué a Siria estaba mi papá y nos juntamos y me dijo que no hacía falta viajar y que me quede a trabajar ahí, entré a hacer un año y medio el servicio militar porque es obligatorio, cuando terminé me tuve que quedar a la guerra, estuve 10 años. Entre a los 24 años y salí a los 33 años, fue una experiencia buena y linda la guerra pero ojalá nadie tenga que pasar por eso, es una guerra entre la gente de arriba y los países, Siria fue guerra por plata, oro puro, petróleo y gas, Siria está en el centro del mar mediterráneo y también por la religión que había un negocio sucio», contó Milad quien vino desde Siria.
Sobre su llegada al país dijo que «mi familia se vinieron a Argentina primero por el tema de la guerra, yo me quedé un año, fui herido en la pierna derecha, tengo 4 fierros y 8 tornillos, cuando me pasó eso salí del ejército, llamé a mi prima Susana y Roberto que hicieron los trámites para que yo me venga, yo hace poco fui a Siria a hacer un trámite e hice todo bien, hice todo para defender mi país pero cuando ya no se puede más, ya está».
«La verdad me siento que mi país es Argentina, Siria ya no es lo que era antes, no tengo ningún sentimiento sobre mi país de nacimiento, no existe más, no hay calles, ciudad ni nada, está todo destruído, es como una montaña de escombros», afirmó.
Para cerrar dijo que «hay muy pocos lugares para vivir, los problemas ahora no son el tema de vivienda sino que hay otra guerra, no se puede vivir ahí. Cuatro amigos fallecieron, hay dos amigos que perdieron las dos manos y las dos piernas, lo mejor para ellos sería morir porque estar así no es lindo y otro amigo se fue del país. Yo siempre llegué a Bahía y me quedé acá, me interesa el trabajo solamente y no tengo relación con más gente».
«Tengo una casa de comida árabe, pusimos una sucursal en el barrio Patagonia también. La vida siempre me mandó mucha gente y somos como amigos, parece que nos conocemos desde hace años. La comida tiene una mezcla de siete condimentos y se siente distinto el gusto, pero no es picante, los condimentos que no son de acá, los consigo de alguien que viene al país y le pido que me lo traiga», indicó sobre su trabajo en la ciudad.
También sobre la comida Argentina afirmó que «me acostumbre a la milanesa y asado pero ahora estoy probando otras cosas como locro, ravioles, me gusta el dulce de batata con queso. Allá se come carne de cordero y la vaca, las empanadas son con carne de cordero cortada a cuchillo. En mi mamá trabaja mi mamá, una chica y yo. Nosotros tomamos mate más que ustedes, está todo el día el mate, mi papá y mi mamá toman mate todo el día, me gustan las yerbas de acá me trajeron una de Misiones que es muy buena».
«Argentina para mi ahora es mi casa y Siria mi país. Me gusta todo de Bahía, estoy contento acá, hay gente en Siria que todavía está viviendo refugiados en el lugar, te sentís que no tenes nada allá, ves a la gente triste, con hambre, te lleva a vos a un punto de no querer estar porque duele, cuando fui ahora fui a una casa muy buena pero no sirve de nada porque va a durar muy poco, podes hacer trámites y nada más. Me tomé el avión, de acá fui a Brasil, de ahí hasta Dubai, Qatar o Turquía y de ahí a Libano, para entrar a Siria hay que ir en auto, pero si no está tranquilo podes tener el riesgo de que te secuestren o te pase algo. Yo quiero quedarme acá y voy a hacer mi futuro y mi vida acá, para mi es una ciudad muy buena, solo faltan ganas y fuerzas para empezar».