La cantante estadounidense debutará en Argentina este jueves 9 de noviembre y volverá a presentarse el viernes 10 y sábado 11 en el Monumental.
Taylor Swift ya está en la Argentina y la enorme legión de swifties locales que no le pierden pisada ni en la vida real ni en las redes sociales está cada vez más cerca de cumplir el sueño de escucharla cantar en su país. La estadounidense llegó pasado el mediodía de este jueves a través del aeropuerto de Ezeiza y bajó del avión rodeada por un hermético operativo de seguridad. Y ya comenzó la cuenta regresiva para su debut en Buenos Aires: se concretará este jueves 9 en el estadio Más Monumental, donde también dará dos funciones más el 10 y 11 de noviembre.
La cantante llega en el marco de The Eras Tour, la gira con la que viene batiendo récords de taquilla e incluso ya estrenó en los cines del mundo un documental que refleja la experiencia de su show. Lejos de ser un show más, la estadounidense pensó un concepto especial para este proyecto. En primer lugar, el nombre con el que lo bautizó, el cual linkea a cada uno de los discos que lanzó durante su carrera. “Es un viaje a través de todas las eras musicales de mi carrera”, había sintetizado la propia Taylor, quien considera que cada álbum suyo es una era de su vida diferente.
De esta forma, el concierto está dividido en diez actos, lo cuales son calcados hasta en el mínimo detalle. Menos el “momento sorpresa”. Así las cosas, los capítulos son Lover, Fearless, Evermore, Reputation, Speak Now, Red, Folklore, 1989 y Midnights. Entre los últimos dos actos, Taylor entona dos canciones en clave acústica, las cuales van variando en cada recital. “La idea es tocar canciones diferentes cada noche y nunca repetir la misma en el set acústico”, explicó ella misma.
En total, cada función del The Eras Tour cuenta con 45 canciones y el show dura 3 horas 15 minutos. Siempre empieza con el tema “Miss Americana & the Heartbreak Prince” y cierra con “Karma”. Los últimos shows de Taylor fueron en la Ciudad de México y los últimos “temas sorpresa” que interpretó fueron “Afterglow” y “Maroon”, uno con la guitarra y el otro con el piano, respectivamente. La gira comenzó el pasado 17 de marzo en Glendale, Arizona. Y está previsto que finalice el 23 de noviembre de 2024 en Toronto, Canadá. En total, serán 146 conciertos a través de 20 países. Para cuando termine el tour, se estima que la cantante habrá recaudado entre 1.100 y 1.400 millones de dólares, lo que la posicionaría como la artista con la gira más exitosa en términos económicos de toda la historia.
Entre las firmas que ha venido exhibiendo se encuentran creadores de renombre como Roberto Cavalli, Oscar de la Renta, Versace y Alberta Ferretti, entre otros. Los trajes, al unísono con la producción del espectáculo, son elementos esenciales que encarnan las canciones y transforman en realidad los diversos avatares que la estrella de country-pop simboliza.
Para este nuevo tour, Swift viene luciendo todo tipo de vestidos lujosos y de alta costura. Cada uno de ellos, está pensado particularmente para distintas partes del show por su estilista Joseph Cassell. El universo es muy grande: hay desde bodys de lentejuelas hasta crop tops.
Taylor partió desde Nueva York en un avión privado y realizó una escala en la Costa Este de los Estados Unidos para levantar a parte de su familia y seguir viaje con destino a Buenos Aires. Una vez en Ezeiza, permaneció unos 40 minutos dentro del avión en la terminal exclusiva para vuelos privados mientras su equipo realizaba los trámites migratorios correspondientes y descargaba el equipaje.
En sus primeras horas en el país, la cantante evitó mostrarse en público. Bajó las escaleras del avión a paso raudo y con un paraguas cubriendo su rostro. La misma táctica utilizó para circular por el interior de la terminal y para abordar la camioneta que la llevó a su estadía porteña. Esta vez la ayudaron integrantes de su staff de seguridad, que la rodeaban abriendo sus propios paraguas para reducir la visibilidad de las cámaras y los fans que aguardaban a la estrella. En cuatro camionetas blindadas escoltadas por diez motos de la policía, Taylor y su crew dejaron atrás la geografía del Ministro Pistarini para rumbear hacia el centro porteño.