La mayor oferta de divisas permitirá al Banco Central recuperar parte de las reservas perdidas este año, lo que daría mayor flexibilidad para manejar la unificación cambiaria.
Con la decisión del futuro gobierno de no abrir el cepo de entrada, ante el peligro que un salto cambiario provoque una hiperinflación por el exceso de pesos, una de las grandes preguntas es cuándo estarán dadas las condiciones para hacerlo. La buena noticia es que en 2024 el superávit comercial llegaría a los USD 25.000 millones, lo que aumenta sustancialmente las posibilidades de avanzar hacia una unificación cambiaria.
Así lo calcula la Fundación Mediterránea, que estimó además que las reservas del Banco Central podrían incrementarse en alrededor de USD 12.000 millones, ya que en el medio habrá que abastecer a distintos sectores que demandarán divisas.
Según estas estimaciones, la recuperación del saldo comercial no solo se explicará por una cosecha de soja que recuperará volumen. Además, también jugará a favor el saldo de la balanza energética, que pasaría de un déficit de USD 4.700 millones a un superávit de USD 3.300 millones, lo que implica una mejora de USD 8.000 millones en relación a este año.
A esto se suma que el sector turístico también está mejorando a partir de la adecuación del tipo de cambio que se aplica tanto a los que viajan como para los que ingresan al país, lo que implica una disminución del rojo de esa balanza.
Esta mayor acumulación de dólares daría más flexibilidad para preparar la salida del cepo, que el gobierno de Javier Milei haría en dos etapas. La semana que viene, según se dejó trascender, habría una primera adecuación del tipo de cambio oficial en torno a los $ 650.
De esta manera, se achicaría la brecha desde valores actuales de 150% a niveles cercanos al 50%, al menos en una primera etapa.
El economista Fernando Marull consideró que esta mayor oferta de divisas que tendrá la economía argentina acelerará los tiempos: “Si avanza bien el plan fiscal, la mayor oferta de dólares debería permitir avanzar en la unificación cambiaria. Digamos en un plazo no mayor a los seis meses”.
Varios economistas como el propio Marull, Ramiro Castiñeira y Carlos Rodríguez consideran, sin embargo, que la liberación del cepo cambiario podría suceder de entrada. En ese sentido, consideran que no hay peligro que los pesos vayan a presionar sobre el tipo de cambio ya que se trata sobre todo de dinero transaccional.
El futuro ministro de Economía, Luis Caputo, maneja la idea de avanzar con un sinceramiento cambiario gradual. Primero se avanzaría con un tipo de cambio que se considera “razonable”, como expresó anteayer Guillermo Francos, futuro ministro del Interior. Se ubicaría en la zona de los $ 650, que un poco más de lo que reciben los exportadores con el tipo de cambio 50%-50% (ya que la mitad de las divisas la liquidan por el contado con liquidación), que actualmente se ubica en alrededor de $ 590.
Aún cuando el año que viene el exceso de divisas del sector comercial será significativo, no significa que sobrarán dólares. El Gobierno deberá hacer frente a las demandas de empresas y provincias para pagar deudas, como sucede actualmente. Además, también hay una deuda millonaria que se sigue acumulando con importadores, que no fueron autorizados a girar divisas en los últimos meses. Pero se supone que esa adecuación será muy gradual. Además, también hay atrasos en la remisión de utilidades y dividendos por parte de las compañías multinacionales a sus casas matrices, aunque se supone que eso será lo último en actualizarse.
Un informe de Ecolatina recordó también que los pagos netos deuda que enfrenta el Gobierno ascienden a USD 13.600 millones en 2024. De ese total, unos USD 4.300 millones corresponden al FMI, que se estima dará nuevos desembolsos pero exclusivamente para que la Argentina pueda repagar esos vencimientos.