Alejandro Meringer, ex combatiente de Malvinas, estuvo presente en los estudios de Primero Bahía para un nuevo homenaje a los caídos en Malvinas.
«El 2 de febrero entré a hacer el servicio militar en el ejército, fui en el Irizar, donde estaba el puesto de comando. A mi me toca hacer la instrucción en los terrenos, entramos el 3 de febrero y la terminamos el 8 o 10 de marzo, nos licencian por un tiempo muy corto y nos fueron incorporando a las diferentes funciones de servicio. Nosotros salíamos de la instrucción, sabíamos que teníamos un año ahí adentro, pero no sabíamos donde. Yo quedé de «che pibe» personal de comandante», comenzó diciendo Meringer.
Además recordó que «el lunes de esa semana, que sería 21 de marzo, yo estaba contento porque decía que no tenía que vestirme de militar, que no estaba retenido y podía circular. El día miércoles me dicen que quedaba acuartelado y de ahí me mandaron a buscar vestimenta, me dieron el bolsón completo, de ahí a la armería me dan un falcon con dos cargadores. Lo único que se hablaba es que la unidad salía de maniobras para el lado de Pigüe y esa zona. Había gente que quizás ya tenía la información, pero no nosotros».
«Cuando zarpamos, ya saliendo de la ría, hay un Mayor, Julio Ferro, nos dice vamos a hacer historia, vamos a tomar las islas Malvinas y ahí es cuando caí en la cuenta de lo que pasaba. La información era limitada y cauta, no creo que sea por una cuestión de filtración de información sino por control de ansiedad. Nunca había navegado, se movía para todos lados, nosotros dormíamos en la última bodega y con bolsas de dormir, a partir de ahí no había que ingerir ningún alimento», continúo.
También indicó que «nosotros bajamos un 2 de abril, se estaba combatiendo en la casa del gobernador, se escuchaba y en la instrucción las primeras órdenes que tenes era fusil descargado y acá era fusil cargado y disparen, en ese momento no se entendía que estaba sucediendo. Cuando se produce la rendición yo estaba cerca, yo me crié en EE.UU, así que en cinco años tuve que entender que significaba argentina y que era el patriotismo, más allá de que mis padres me hablaban de Argentina, yo creo que sirvió a las autoridades porque no teníamos gente que hablara en inglés, cuando íbamos a la base Puerto Belgrano, mi jefe me preguntó porqué tenía conocimiento de inglés y cuando llegamos y dice que íbamos a tomar las islas Malvinas, yo solo tenía cinco años de secundaria en el país y tenía que averiguar donde eran las Malvinas y demás».
«Me pusieron a cargo de la central telefónica, porque las dos mujeres que estaban se fueron asustadas y el pueblo tenía que tener información. Sobre el mediodía empieza el momento más emotivo, que fue el arriado de la bandera británica y el izado de nuestra bandera patria. Cuando empezó el bombardeo, el resultado de vidas perdidas, cuando estas en trincheras es bajo, pero psicológicamente te corroe la cabeza, arrancaban a la tarde y seguían de madrugada», indicó.
Para Meringer «el primer golpe grande que tuvimos fue el 1 de mayo con el ataque aereo, ahí saco el fusil y disparo a la aeronave, pero el 2 tuvimos el hundimiento del Belgrano, y quienes éramos soldados fue un golpe muy grande, porque cuando se comunica, no sabíamos cuantas personas habían fallecido, si habías tenido algunas dudas con el bombardeo inicial que estábamos en guerra con esto se confirmó. Versiones hay muchas sobre lo que hubiese pasado con el Belgrano si se actuaba de otra manera, pero eso lo sabrán los que estuvieron ahí, los que saben dicen que se tendría que haber quedado donde estaba. Ellos lo consideraban un buque peligroso y para nosotros era un buque insignia, sabían que el golpe psicológico era importante, era algo que manejaban muy bien los ingleses».
«Algunas personas le dan una connotación religiosa, otros con la fe, pero siempre hay que creer en algo que te impulse y te lleve adelante. Cuando bajamos del helicóptero es la primera imagen que se me aparece, nosotros tendríamos que haber bajado el 1 de abril pero por el clima no se podía, por eso bajamos el 2. Ahí la incertidumbre, bajamos en la torre de control y viene una camioneta de los inlgeses e ingresa mi jefe y con Marcelo vamos en la caja, cuando llegamos ya habían tomado prisioneros a los ingleses y está la famosa foto del indio tomando del suelo al inglés, esa fue terrorífica entendida por los ingleses», consideró.
Para cerrar dijo que «nosotros no queremos manchar la gesta por nuestros héroes que siguen haciendo Patria alla, yo estoy acá por ellos, no queremos que se confunda lo que fue la gesta, la pasión y lo que fue el sacrificio, por eso no nos metemos en el otro tema».
«La historia no es completa si no se cuenta toda, entonces les pedí que nos dejen contar nuestra historia, si voy a Malvinas iría con alguien que lo vivió conmigo, no me molesta el tema del pasaporte si o no, en esas condiciones podría, pero no en una actitud violenta, porque mi estado físico no es lo mismo, no podemos negociar, lo nuestro sería algo diplomático. Me molestó, porque abrí una puerta para dar charlas en las escuelas, porque ellos son los futuros habitantes del lugar que son nacidos en la isla, es una sociedad implantada, solo el 30% nació ahí, la proyección es la Antártida, porque Argentina es bicontinental», sentenció.