El equipo alemán jugó con coraje y decisión como visitante y desactivó las principales virtudes de PSG, que no tuvo la rebeldía necesaria para romper la estructura sólida del rival ni tampoco la suerte y la contundencia. Así, otra vez vio frustrado su sueño de ganar el máximo torneo europeo. El conjunto alemán pegó en el momento justo y luego mantuvo la ventaja a pesar de los intentos desesperados de PSG y de haberse refugiado muy cerca de su arco.
Kylian Mbappé estuvo desconocido en toda la serie. Se lo vio aislado del juego, primero en la banda izquierda y bien controlado por el lateral Julian Ryerson y luego más en el centro y también perdido entre los zagueros. La principal arma del conjunto dirigido por Luis Enrique tuvo pocas oportunidades de cara al arco de Gregor Kobel y se despidió en semis en la que podría ser su última temporada en París.
Dortmund jugó con inteligencia. Defendió bien con las dos líneas de cuatro juntas y lo más lejos posible de Kobel. Luego, intentó salir rápido de contragolpe a partir de la inteligencia y el talento de Julian Brandt y la velocidad y habilidad de Jadon Sancho. Ambos fueron una preocupación constante para el local.
El cuadro alemán supo ocupar bien todo el ancho del campo de juego, con el retroceso y el desgaste de los extremos Karim Adeyemi y Sancho. De esa manera, le quitó espacios a Ousmane Dembélé y al propio Mbappé. Hasta la obvia reacción del local cuando ya perdía 1-0, había sufrido muy poco.
También fue muy buena la tarea de los centrales Nico Schlotterbeck, la gran figura del partido, y Mats Hummels, siempre muy atentos. Además, como para hacer más destacada la tarea de los defensores alemanes en el Parque de los Príncipes, fue el propio Hummels el autor del primer gol con un gran cabezazo.
En el centro del campo, Vitinha, el mejor jugador de PSG, tuvo varios momentos de lucidez, aunque se lo vio muy solo en su tarea de conectar con los atacantes. Fabián Ruiz y Warren Zaire-Emery no tuvieron una buena noche y el equipo lo sufrió. Dortmund trabajó bien en la zona media, gracias al criterio de Emre Can y Marcel Sabitzer.
A PSG le faltó rebeldía primero y contundencia después para superar el buen planteo visitante. En el primer tiempo, tuvo la pelota e intentó con paciencia, pero solo mostró fiereza para ir a buscar el triunfo después del gol de Hummels, sobre todo a partir de los desbordes de Dembélé. Gonçalo Ramos pasó casi desapercidido el tiempo que estuvo en la cancha.
Dortmund se llevó lo que fue a buscar a París: la clasificación histórica a su tercera final de Champions. Por inteligencia y valentía ganó la serie con justicia y le dio otro golpe duro a un PSG que ni siquiera con Mbappé pudo ganar la Orejona deseada.