Antonella, es sobreviviente de la tragedia del temporal en Bahiense del Norte, y necesita de la colaboración de la gente para poder acceder a una prótesis.
«La prótesis tiene un sistema, que no es piel con piel, sino que tiene una rodilla que es de las mejores, todo tiene que ver con mi edad, mi actividad, mi trabajo por lo cual estoy varias horas parada. En principio es recomendación el ortopedancista, por la edad, actividades y todo, además de que me lo recomendó mi traumatóloga», comenzó contando Antonella.
También refirió que «tengo tornillos y clavos en el pie derecho, y sufrí la amputación de mi pierna izquierda a la altura de la rodilla, hoy estoy en silla de ruedas. Hago algo de peluquería pero solo en lo que puedo estar sentada. Estoy cansada a todo lo que estoy pasando y bancando sola, con acompañamiento psicológico, psiquiátrico, sigo medicada porque tengo pesadillas, no puedo dormir. Es muy difícil estar desde mi lugar».
«El club lo único que hizo fue transferirme un dinero para que mis hijas puedas seguir viviendo, me dieron una silla de ruedas que estaba rota, una cama de ortopedia que no la uso. La gente que va al club me ha ayudado, acompañó a mis hijas durante los 46 días que estaba internada, cuando les mandé el presupuesto de la prótesis y no me contestaron. Cuando sucedió la tragedia estábamos ahí porque mis hijas hacían su primer show», indicó la joven.
Para cerrar dijo que «es una prótesis importada, vale 23 millones de pesos, necesito eso para congelar el precio y me quedan menos de 10 días, es un pedido desesperante. He juntado algo de dinero, al alias todospor.anto pueden colaborar para llegar a comprar la prótesis. Mi hija más grande me cuenta que ella vio cuando me sacaron, eso es traumático para ella. De ese día recuerdo haber llegado, entramos, nos sentamos y no pasaron más de cinco minutos que se escuchó la explosión y cuando miramos para la cantina teníamos todos los escombros encima, ahí siento que mi marido me empuja para salvarme, recuerdo muy poquito cuando estuve aplastada y él me ayuda con sus últimas fuerzas. Cuando me desperté el miércoles ya me habían amputado, me dijeron que era yo o mi pierna».