Tanto el Gobierno como las fintech coinciden en la preocupación por el flagelo de la ludopatía en los jóvenes.
El Banco Central y la Cámara Argentina Fintech vienen desarrollando conversaciones para encontrar soluciones que ayuden a poner freno al crecimiento de casos la ludopatía en adolescentes, en particular a través de las plataformas online a las que acceden mediante el uso de billeteras electrónicas. Días atrás, en el mismo sentido, un grupo de diputados presentó una carta dirigida al titular del BCRA, Santiago Bausili, y a 33 apps financieras para que dispongan medidas en ese sentido.
El contenido de esas medidas aún no está resuelto. Según pudo saber Infobae, puede incluir desde campañas de concientización y prevención hasta medidas específicas, como modificar el mecanismo de transferencias de fondos a las empresas de apuestas. Se analiza, por caso, que algunas de esas transferencias requieran algún requisito adicional.
La preocupación por el tema es muy elevada en ambos lados de la mesa de negociación. Por el lado oficial, la cuestión excede al Banco Central ya que desde el Gobierno hay interés en tomar alguna medida, en vistas de las consecuencias nocivas, en ocasiones dramáticas, que el juego online provoca en los adolescentes y sus familias.
Desde el costado empresarial también hay interés en ocuparse del tema. Las billeteras no quieren que uno de los principales atributos de su producto, la simplicidad y rapidez de su uso, sea aprovechado para promover una adicción. En especial, dentro de su target esencial ya que los chicos son el segmento que impulsa la digitalización de los pagos. En el primer cuatrimestre del año, según datos de Coelsa, en el sistema financiero argentino se abrieron 11 millones de cuentas entre fintech y bancos: el 35% correspondió a menores de 15 años mientras que el 49% lo hicieron usuarios de entre 16 y 30 años de edad.
El peso económico y marketinero de las plataformas (muchas auspician hasta clubes de fútbol) tampoco las seduce: en una de esas billeteras explican que rechazaron una promoción conjunta con una empresa de juegos online, muy conveniente en lo económico. Prefirieron cuidar su marca y no asociarla a algo que es sabido que trae consumos problemáticos para los jóvenes.
Hay sintonía entre las empresas y el BCRA en lo que se debe hacer. El problema es cómo hacerlo. Si bien los menores de edad pueden abrir cuentas, la normativa les prohíbe hacer transferencias a plataformas de juegos. A la vez hay plataformas autorizadas que les impiden registrarse. Y también, en el juego virtual hay muchas alternativas clandestinas, al igual que en el juego presencial.
La regulación hizo aparecer a los “cajeros”, adultos que contactan a los menores en las redes sociales para ofrecerles el “servicio” de apostar su dinero en casinos y sitios de apuestas online autorizados o bien para contactarlos para jugar en aplicaciones o webs truchas.
Por ese mecanismo, sirve de poco restringir las transferencias de las billeteras de menores a sitios de apuestas. El dinero que giran para apostar es una simple transferencia a un particular. En la Cámara Argentina Fintech exploran la posibilidad de que las mismas herramientas tecnológicas que previenen fraudes y estafas, algunas mediante el uso de inteligencia artificial, puedan servir para frenar sobre los pagos recurrentes de apuestas hechos por un menor, o al menos para alertar a sus padres.
“Muchos jóvenes acceden a plataformas legales a través de transferencias de dinero en billeteras virtuales. Por esta razón es que solicitamos que desde la plataforma de billeteras virtuales se tomen medidas para evitar el ingreso de menores de edad al universo del juego y las apuestas y para evitar el financiamiento y la proliferación de casinos online clandestinos”, señaló la carta firmada por los diputados nacionales Hernán Reyes, Maricel Etchecoin Moro, Marcela Campagnoli, Mónica Frade, Facundo Del Gaiso, Cecilia Ferrero y María Pace Wells.
La misiva, dirigida a Bausili y a un grupo de 33 billeteras virtuales –como Mercado Pago, Ualá y Modo– para que tomen medidas que provean “un mayor control en los flujos de dinero dirigidos a plataformas de casinos y casas de apuestas online”. También destacaron que los “cajeros” suelen recibir microtransacciones en forma constante, a la manera de fichas para cada apuesta, lo que puede ayudar a encontrar mecanismos para su detección.
No es la primera vez que la ludopatía se cruza en el camino del sistema financiero. Años atrás, las instituciones dedicada a la prevención de la adicción al juego alertaron sobre la gravedad de que existan cajeros automáticos dentro de los bingos y casinos, lo que facilitaba la tentación de seguir apostando sin límites. Muchas provincias decidieron accionar en ese sentido y prohibieron la instalación de cajeros en esos recintos.