«Estoy bien, estoy trabajando bien», indicó esta mañana el presidente Alberto Fernández, tras ser diagnosticado con una gastritis erosiva con sangrado que lo obligó a suspender su participación en la apertura del G20, en Bali.
«Tuve una descompensación producto de una gastritis erosiva que generó un sangrado, que me generó una baja importante de la presión», informó el mandatario, en línea con lo que había consignado previamente el parte de salud emitido por la Unidad Médica del Presidente.
Ante el cuadro, Fernández fue trasladado al Sanglah General Hospital, el centro de salud más grande de la isla, donde se le practicó una endoscopía y estudios de sangre. Allí permaneció en observación durante más de cuatro horas, acompañado por el ministro de Salud de Indonesia, Budi Gunadi Sadikin, mientras que además estuvo la portavoz Gabriela Cerruti; el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello, y el médico de la unidad presidencial, Manuel Estigarribia.
Posteriormente, el Presidente retomó su agenda y se reunió con su par chino, Xi Jinping. Sobre el encuentro, Fernández señaló: «Fue muy buena. No es la primera muy buena reunión que tenemos. Pudimos hablar de los temas que nos preocupan, de los temas bilaterales, los dos somos profundos defensores del multilateralismo y de la necesidad de que el desarrollo incluya a las personas de este mundo».
Pese al diagnóstico, el mandatario continuará con su gira por Bali. En la agenda oficial del Presidente, difundida por Casa Rosada, figura una visita al Bosque de Manglares de Taman Hutan Raya Ngurah Rai, junto a otros líderes mundiales, pautada para las 8 (hora Indonesia) de este miércoles.
Su regreso al país está previsto para este viernes 18 de noviembre.