“Si quieren que compitamos, primero nos tienen que sacar el pie de encima”, dijo el presidente de la UIA, Daniel Funes de Rioja.
Los empresarios industriales salieron este miércoles a cruzar al gobierno por la decisión de reducir aranceles a la importación de 89 productos, entre los que se encuentran bienes finales, insumos y bienes de capital. La medida precipitó una reunión informal entre los principales nombres que conforman la mesa chica de la Unión Industrial Argentina (UIA), entidad que además espera participar de la confección de un programa de contingencia en caso de que sea necesario un plan de cortes programados en algunas fábricas durante el próximo verano.
“Estamos preocupados por el impacto que pueda tener la medida. Nosotros exportamos impuestos, mientras que los otros países no. Lo que digo es que nos tienen que sacar el pie de encima, en caso contrario, por qué me van a abrir la importación”, dijo el presidente de la UIA, Daniel Funes de Rioja, en el marco de del “Somos Industria”, evento organizado por la Unión Industrial de la Provincia de Buenos Aires (Uipba) y RedParques en el Centro Costa Salguero.
El titular de la Uipba y vicepresidente de la UIA, Martín Rappalini, también se mostró preocupado. “Si quieren que compitamos nos tienen que sacar impuestos y mejorar las condiciones del mercado laboral. Porque todos estamos de acuerdo con abrir la economía, pero hay que tener en cuenta las condiciones de cada mercado”, precisó el industrial ante la consulta de este medio.
“Somos competitivos a nivel calidad. Pero en impuestos y costos laborales no. Por ahora no se ve un gran ingreso de productos importados, aunque sí una caída de las ventas. Muchos de nuestros clientes están sobrestockeados desde el año pasado. Lo que tenemos que medir es si le van a comprar productos a la industria local o los van a importar”, comentó el prosecretario de la UIA, Silvio Zurzolo.
El ministro de Economía, Luis Caputo, confirmó este martes que reducirán los aranceles a la importación de una gran variedad de posiciones arancelarias, que incluyen desde bienes finales hasta importantes insumos y bienes de capital. Lo hizo a través de su cuenta de la red social X, antes de que esté publicada la norma en el Boletín Oficial.
Más tarde, mediante un comunicado de prensa, la Secretaría de Comercio, a cargo de Pablo Lavigne, aclaró que “la medida reducirá alícuotas para 89 productos que cuentan con aranceles elevados, que constituyen una traba al comercio y que encarecen los precios de bienes utilizados de manera extendida en la economía”.
En ese contexto, Lavigne participó del Somos Industria y dijo: “Para nosotros en la economía cerrada no se genera valor y el que peor la pasa es la pyme. Se crece con economía integrada, no cerrada. Hay que generar competencia porque la competencia es sana. Con una economía cerrada no se puede invertir en tecnología”. El martes había adelantado que en las góndolas “vamos a ver cada vez más productos de afuera”.
Que una de las alternativas del gobierno para mitigar los faltantes en generación para cubrir los picos de demanda que se esperan el próximo verano sea interrumpir el servicio en grandes usuarios genera preocupación entre los empresarios. Coincide en un momento de crisis en las ventas y, en consecuencia, en la producción.
“Es una crisis de verano, por lo que pedimos articular lo mejor posible con la Secretaría de Energía para que si hay paradas coincidan con vacaciones o paradas de mantenimiento”, dijo Funes de Rioja.
“Lo peor que le podría pasar a la industria es tener cortes intempestivos. Entendemos que esa no es la idea del gobierno, pero queremos coordinar un plan de contingencia con el suficiente tiempo”, alertó Rappalini.
Según los últimos datos de la UIA, la producción industrial acumula hasta julio 14 meses consecutivos de caídas interanuales y un desplome del 12,8% en el acumulado del 2024 respecto al mismo período del año pasado. La última encuesta de la entidad sobre 1.200 compañías arrojó que para el 69% de las empresas, la utilización de la capacidad instalada en julio fue menor a la considerada como óptima. La mayoría, 55,7%, espera recuperar niveles adecuados recién a partir de la segunda mitad de 2025.