Miguel Vidal, Director de Cáritas en Bahía, habló con Primero Bahía para hacer un balance del 2024.
«Es una línea que viene bajando desde Cáritas Nacional que tiene que ver con los más chicos y los más grandes, lo que pasa con los abuelos, los reclamos de las obras sociales y medicamentos y a nivel nacional nos han planteado que vaya por ese lado para ver la situación, en esos extremos de la sociedad que son los más afectados y vulnerables», comenzó diciendo Vidal.
También indicó que «arrancamos con mucho trabajo por el temporal, tenemos varios espacios, en el espacio de viviendas en abril terminamos de acompañar a 105 familias que tenían que realizar alguna refacción, a quienes tenían que hacer sus huertas y un montón de proyectos de acompañamiento. Nosotros tenemos convenios nacionales, provinciales y locales que bajamos a los espacios de trabajo, se cerró un convenio para créditos de personas que necesitan para sus emprendimientos, estamos viendo como recuperar eso, venimos con espacios para viviendas y a nivel local los espacios del PEC, logramos que Cáritas central en Rodríguez sea un PEC, donde el tema de la salud bucal no se había realizado y se implementó ahora, la idea es que haya más puntos de encuentro en distintos Cáritas, hay un contacto directo entre las organizaciones y el municipio».
«Pudimos llegar a toda la Diósesis con 60 millones de alimentos para todos, y ahí vamos tapando algunos huecos pero cada vez es más complejo. Hay dos cuestiones que son interesantes, por un lado hay una búsqueda de encontrar respuestas y soluciones a los conflictos que se están viviendo y después lo complejo es cómo se financian un montón de cosas para esas instituciones que no llegan a un acuerdo. Hay situaciones muy complejas y que no podemos resolver las organizaciones por lo que se van a tener que implementar otro tipo de políticas y ver cómo entre todos podemos resolverlo, la situación de los adultos mayores es difícil y complejor», consideró el Director de Cáritas.
Para cerrar afirmó que «nosotros estrictamente no tenemos un trabajo directo con chicos, estamos más en contacto con adultos mayores, ahí vemos que han cambiado medicamentos, que no los toman, que no tienen quien les haga los trámites, todo eso lo podemos ver. Con los más chicos es de rebote con los talleres que se van realizando y los trabajos en los diferentes centros. Vemos que este deterioro no es nuevo, ahora se ha complejizado y es muy difícil revertirlo, lo que venimos planteando es de volver a otras cosas».