Rodrigo De La Faba, cardiólogo, estuvo presente en los estudios de Primero Bahía para hablar de un congreso en EE.UU.
«Nuestro gran desafío hoy, la cardiología tiene cuatro desarrollos, lograr en cada comunidad controlar y educar, prevenir, tiene todo lo que está relacionado a la falta de irrigación de un músculo, ya sea cardíaco o no y ahora estamos trabajando mucho en la prevención de la insuficiencia cardíaca, y el rol también la OMS toma las reflecciones de este congreso para hacer planes para cada sector, se arman estrategias practicables, la exposición en global pero la experiencia es para cada uno, hay que entender como vive la comunidad, los horarios, la actividad física», comenzó contando De La Faba.
Además refirió que «la proyección de vida esta cercana a los 80 años, en los últimos 30 años se logró aumentar 6 o 7 años la expectativa de vida, de esos cuatro o cinco años es gracias al control cardiovascular. Para un europeo la expectativa de vida es de 81 u 82, norteamérica no logra pasar estos valores porque tiene el problema del sedentarismo y la obesidad, el tema de la alimentación y el ejercicio físico es prioritario, en Europa tienen una organización urbana para realizar actividad física. Con respecto a Argentina, se van viendo estos temas en las ciudades que tienen la decisión de corregir estos valores, se va viendo una mejoría, es muy importante la concientización, en 20 años que volví a Bahía hoy tiene mucha más información, la mayoría sabemos que hacer actividad física es necesaria, que comer grasas o azúcares es malo, hay que educar para prevenir».
«El corazón es un músculo como cualquier otro la diferencia es que tiene un sistema de irrigación distinto con arterias chicas y a partir de los 30 años empieza a desarrollarse la grasa, si uno mantiene un peso adecuado, colesterol, no fumas, hacer ejercicios durante tres semanas, le va a hacer mejor a ese corazón que si no lo haces, ya que hay que sumarle la situación con el estrés, los nervios y demás. Hoy el centro está en el control de azúcar, el colecterol, las actividades física y metabolismo, todo lo que hacemos y consumimos como se comporta en nuestro cuerpo. Hay nuevos tratamientos, algunos que son a través de parches, otros con pastillas, buscamos medicamentos que sean de fácil toma, que no tengan consecuencias y en Argentina hay que trabajarlo con el tema económico porque son costosas», consideró el cardiólogo.
También afirmó que «hoy en día tenemos dos personas que son nuestros profesores en el mundo y dentro de estos equipos uno es el Dr. Valentín Fuste, es el jefe de cardiología de Mount Sinai de Nueva York. Yo en algún momento de mi vida profesional participé en Buenos Aires y tienen menos facilidades de las que están en centros europeos a diferencia de lo que se hace acá en Argentina. Todo lo que está relacionado a laboratorio hay un trabajo mancomunado entre médicos, hospitales y laboratorios que desarrollan los medicamentos, toma mucho tiempo, en estos trabajos lo que es muy impactante, había un área que es donde se leen los trabajos troncales, que cuando vas al congreso sabes cuando se va a presentar, ese día llega y es muy emotivo, porque quizás en la sala tenes 6 mil profesionales que van a ver ese trabajo y la conclusión hasta ese momento no se conoce si va a dar bien o mal, y si da bien es una alegría porque estás ayudando en algo que se trabajó durante muchos años».
Para cerrar dijo que «La investigación es muy gradual, desde el punto de vista a hoy si uno tiene chequeos, un examen clínico, una ermometría más 50, la probabilidad es del 2%. Muerte súbita al año hay que ver que pasó en este año, si no tenías diabetes y ahora lo tenes, el estrés crónico que uno va viendo, el tema de la presión, eso al corazón no le hace bien, estamos haciendo un esfuerzo muy grande para llegar a la gente de Bahía que no deje la medicación, que vuelva a la actividad física, porque se entiende que debido a la situación que le tocó a Bahía uno deja de hacer su rutina normal, pero tiene que volver a la normalidad. Hay que empezar a corregir situaciones como peso, alimentación, actividad física para poder tener una presión normal».