El abogado y catedrático tomó la decisión de dimitir de forma indeclinable luego de que el Senado rechazara su pliego para integrar el máximo tribunal.
El presidente Javier Milei aceptó la renuncia de Manuel García-Mansilla a su cargo en la Corte Suprema de Justicia de la Nación, quien había asumido el pasado 27 de febrero.
La semana pasada el jurista comunicó la decisión de dimitir de forma indeclinable luego de que el Senado rechazara su pliego para integrar el máximo tribunal de la Nación. Lo hizo a través de una extensa carta dirigida al presidente, apenas 39 días después de haber jurado en el cargo.
Mediante el Decreto 276/2025, publicado esta madrugada en el Boletín Oficial, aceptaron de la renuncia del doctor Manuel José García-Mansilla al cargo de juez de la Corte Suprema de Justicia.
El decreto lleva la firma del Presidente y del ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona. De esta manera, la Corte vuelve a funcionar con tres integrantes: Horacio Rosatti, Ricardo Lorenzetti y Carlos Rosenkrantz.
En su carta dirigida a Milei, García-Mansilla expresó: “Me dirijo a Usted a fin de presentar la renuncia indeclinable al cargo de juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación para el que fui nombrado, en comisión, por el decreto 137 del 26 de febrero de 2025”.
A su vez, le agradeció “la oportunidad de poder servir” a sus conciudadanos, pero lamentó no poder continuar.
García-Mansilla explicó que aceptó integrar el máximo tribunal “con la convicción de que la falta de integración de la Corte Suprema era un grave problema institucional que requería una solución urgente”.
“Es francamente sorprendente que, a pesar de la importancia y del peso que tiene cada juez en un tribunal con una integración tan reducida, se hubiera naturalizado la existencia de una vacante sin cubrir durante un lapso tan prolongado”, enfatizó.
En el mismo texto, García-Mansilla cuestionó la creencia “errónea” de que la Corte Suprema puede funcionar adecuadamente con solo tres jueces. “Esto es, lisa y llanamente, un espejismo institucional”, sentenció, ya que -a su entender- el uso de conjueces no es ideal y, por lo tanto, el tribunal no puede resolver casos con la cantidad y el ritmo necesarios.
García-Mansilla también se refirió a las críticas que recibió por aceptar el cargo tras ser designado por decreto. “El nombramiento en comisión era constitucional, ya que se ajustaba estrictamente a cada una de las condiciones de validez que exige el art. 99, inc. 19, de la Constitución Nacional», alegó y lamentó que algunos senadores utilizaran una “inverosímil excusa” para rechazar su pliego, acusándolo de falta de idoneidad moral.
Sobre este punto, alegó: “Nunca afirmé que no aceptaría en ningún caso, o bajo ningún punto de vista, un nombramiento en comisión como juez de la Corte”. Por consiguiente, señaló que sus dichos habían sido tergiversados por “un video recortado y editado”.
Así, continuó con sus críticas a la Cámara Alta por el retraso en el tratamiento de su pliego, a pesar de que “no había ningún otro trámite pendiente”. “Una mera especulación política”, lanzó.
«Empecé la carta como juez; la termino ahora como ciudadano. Creo que el proceso de transformación de la República Argentina depende de una condición indispensable para que tenga éxito, se consolide y se encarne en cada uno de los argentinos: que exista un Poder Judicial recto, decente e independiente”, manifestó sobre el final de la carta.
Al respecto, planteó: “El día que contemos con un Poder Judicial integrado en su totalidad con jueces rectos, honestos, capaces e independientes y apegados a la Constitución y a la ley, nuestro país tendrá una gran parte de su futuro asegurado”, consideró sin hacer nombres propios.
“Que Dios lo ilumine y que el futuro de la República Argentina sea, finalmente, el que todos nos merecemos”, concluyó.