Javier Milei blanqueó este jueves que Santiago Caputo, su asesor todoterreno y uno de los vértices del «triángulo de hierro» de su máxima confianza junto a su hermana Karina Milei, es el integrante de su gabinete con mayor influencia en lo político, relegando incluso al jefe de Gabinete, Guillermo Francos. Un rol estratégico y decisivo del asesor pese a que, en lo formal, tiene un vínculo con el Estado como monotributista por lo que no puede ser investigado ni por la Oficina Anticorrupción (OA) ni la Unidad de Información Financiera (UIF).
El Presidente aseguró que Caputo cumple un rol clave en la validación de la gestión libertaria. “Hay una segunda instancia de control político, que es Santiago Caputo. Y el que mete el gancho final soy yo”, aseguró el mandatario en momentos en que estaba hablando de la función de Francos al que, si bien elogió, lo definió como «un ministro que reparte el juego, que distribuye el juego. Entonces, los ministros están muy libres».
Si bien el año pasado el jefe de Estado había colocado al consultor como integrante del «triángulo de hierro» del Gobierno, en esta ocasión fue un poco más allá y blanqueó que está al tope del nivel de decisión. Tácitamente dejó a su hermana, la secretaria general de la Presidencia, a cargo del proyecto electoral de la LLA y de la agenda presidencial.
Esta situación se ha manifestado, en los hechos, de forma cada vez más evidente en los últimos meses. Ministros como Luis «Toto» Caputo o Patricia Bullrich han peregrinado hasta el salón Martín Fierro donde tiene su oficina el asesor presidencial. La ministra de Seguridad, acompañada de otros funcionarios, incluso coordinó la logística de la previa a una de las marchas en favor de los jubilados en las que participaron grupos de izquierda y agrupaciones sociales.
Y desde la eyección de Nicolás Posse de la Jefatura de Gabinete, a principios de mayo de 2024, Caputo no ha hecho otra cosa que acumular poder. Ha sido el factótum de la reforma en el área de Inteligencia con la vuelta de la SIDE, dividida en cuatro áreas y tutelada por un dirigente de su confianza, Sergio Neiffert.
También fue fundamental en la creación del ARCA en lugar de la ex AFIP y garantizó la llegada de Andrés Vázquez a su conducción. El último cambio que motorizó fue la llegada de la abogada María Ibarzábal Murphy, que dirigía la secretaría de Planeamiento Normativo que moldeó el decretó que restringió el acceso a la información pública, a la estratégica de la Secretaria de Legal y Técnica.
El asesor estrella tiene una marcada influencia en el ministerio de Justicia a través del secretario Santiago Amerio, virtual número dos de Mariano Cúneo Libarona, y representante del Ejecutivo en el Consejo de la Magistratura. También promovió como número 2 de la UIF a Santiago González Rodríguez.
Pese a los chispazos que tuvo con la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, logró que siguiera al mando de la subsecretaría de Políticas Universitarias Alejandro «Galleguito» Alvarez, un integrante de Las Fuerzas del Cielo, la organización que tiene como referente al Gordo Dan y con la que los «tuiteros» de Caputo quieren tallar electoralmente en la discusión interna de LLA en la provincia.
En Cancillería arribó un dirigente cercano al denominado Grupo San Miguel, que tiene como referente al diputado provincial Agustín Romo, coequiper de Caputo en la construcción de Comunicación Digita. Se trata de Nahuel Sotelo, secretario de Culto y Civilización.
Asimismo, el consultor ganó influencia en organismos descentralizados como Arsat, con el titular, Mariano Greco y con la directora Noe Ruiz -que tiene a su cargo el FAMP, el fiduciario del régimen fueguino que por ahora está a resguardo de la motosierra libertaria- y con el Enacom, con Juan Martín Ozores.
Dos exsocios de Caputo en su consultora de opinión pública, Rodrigo Lugones -hijo de Mario, el ministro de Salud- y Tomás Vidal, también colaboran con el devenir del relato libertario. El primero combina residencia en España y en el país y el segundo tiene oficinas en un edificio de Reconquista 40, donde también funcionaría la Fundación «El Faro». Esa entidad, que presidente el escritor Agustín Laje, tendría como objetivo formar cuadros libertarios pero también recaudar fondos para lo que será la próxima campaña electoral de LLA.
Como sea, Milei pareció nuevamente blindar a su asesor estrella que desde hace tiempo es blanco de embates de Mauricio Macri, que lo considera uno de los obstáculos para lograr un entendimiento serio entre el PRO y La Libertad Avanza.
Pero también Caputo mantiene una tensión subterránea con Karina Milei por la cuestión electoral. Los karinistas Sebastián Pareja y los primos Menem -Martín y «Lule»- tutelan el armado electoral en Provincia y en el interior del país relegando las aspiraciones del consultor a tallar en la cuestión más allá de su tarea en la estrategia comunicacional.
