La asociación Abuelas de Plaza de Mayo anunció hoy la aparición del nieto recuperado 140, y es una persona nacida en Bahía Blanca. Se trata del hijo de Graciela Alicia Romero y Raúl Eugenio Metz, secuestrados en diciembre de 1976 en Cutral-Có, provincia de Neuquén, y militantes del Partido Revolucionario de los Trabajadores. Ambos eran oriundos de nuestra ciudad.
Su hijo nació el 17 de abril de 1977 en el centro clandestino de detención conocido como La Escuelita, en Bahía Blanca.
“Hoy damos la bienvenida al hijo de Graciela Alicia Romero y Raúl Eugenio Metz, el nieto 140″, anunció este lunes la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto.
Por su parte, Adriana Metz, hermana del nieto 140, completó: “Gracias a las Abuelas por enseñarnos a que la búsqueda es colectiva”.
Según informó Abuelas, a partir de una información que el organismo recibió de manera anónima, «se inició una investigación que luego se trabajó de manera conjunta con la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI) y la Unidad Especializada para Casos de Apropiación de Niños durante el Terrorismo de Estado (UFICANTE)».
Este trabajo conjunto permitió reforzar la hipótesis de una posible apropiación, reunir la documentación necesaria y profundizar en el caso, explicó el organismo.
«En este marco, y una vez finalizada esta etapa, en abril de este año la CONADI tomó contacto con el posible nieto para brindarle toda la información recabada. Así, él accedió a concurrir al Banco Nacional de Datos Genéticos y dejar su muestra de ADN para ser cotejada con las familias que buscan», resumió Abuelas de Plaza de Mayo.
Finalmente, el viernes pasado el Banco de Datos Genéticos comunicó a la CONADI el resultado de ADN y «la Comisión le informó al hombre que efectivamente se trataba de un caso de apropiación y que su perfil coincidía con el de la familia Metz Romero».
Graciela y Raúl
Graciela “Peti” Romero nació el 21 de agosto de 1952 en Bahía Blanca. Fue descripta como una mujer “estudiosa, emprendedora y aguerrida», que «tenía buen humor, cocinaba bien y también cosía». Estudió economía hasta que se casó y se abocó a la militancia. Su hermana menor, María Elena, también fue asesinada por la dictadura en 1977.
Por su parte, Raúl «Melli» Mez nació el 24 de agosto de 1953, también en nuestra ciudad. Se lo recuerda como alguien que «tenía sentido del humor aunque era un poco calentón». También militaba en la Federación Juventud Comunista junto a su gemelo Néstor.
Los hermanos fueron detenidos cuando tenían 19 años y fueron llevados a la cárcel de Bahía Blanca, y luego como presos de máxima seguridad a Devoto. “Mientras estaban detenidos en Bahía Blanca se realizó una campaña pidiendo su liberación. Entre las organizadoras estaba Graciela», se recordó desde Abuelas de Plaza de Mayo.
Cuando Raúl y Néstor salieron de la cárcel, se alejaron del PC pero siguieron militando en comedores barriales, donde Raúl y Graciela se conocieron y enamoraron. Luego, la pareja ingresó al Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y tuvo a su primera hija, Adriana, en octubre de 1975.
En un momento, Raúl fue a buscar trabajo en una empresa constructora en Neuquén. Cuando lo consiguió, viajaron para allá Graciela y Adriana. Antes, él había sufrido un intento de secuestro en su lugar de trabajo.
El secuestro
El 16 de diciembre de 1977, un grupo de tareas integrado por el Ejército y la policía de Neuquén irrumpió en la casa en la que vivía la pareja con su hijita de un año y unos pocos días. Se llevaron a Raúl y a Graciela, que cursaba un embarazo de cinco meses.
Los represores dejaron a Adriana con un vecino. “Tomá, criala como si fuera tuya”, le aconsejaron. Pero el vecino decidió contactar a la familia de la niña y días después los abuelos paternos Oscar y Elsa la fueron a buscarla a Neuquén y la trajeron a Bahía Blanca para que creciera con ellos.
Raúl y Graciela permanecieron cautivos inicialmente en La Escuelita de Neuquén, «donde fueron torturados física y psicológicamente», y después fueron trasladados hasta La Escuelita de Bahía Blanca, donde «también sufrieron brutales tormentos», lamentó Abuelas de Plaza de Mayo.
De él se perdió el rastro en enero de 1977, según se reconstruyó en los juicios que se sustanciaron por la represión en el V Cuerpo de Ejército. Ella tuvo a su hijo en abril de 1977 y también permanece desaparecida.
El parto en La Escuelita
Dos meses antes de que Graciela diera a luz, un médico la revisó en el campo de concentración y les dijo a los represores que deberían dejarla caminar.
En abril de 1977, hubo revuelo en La Escuelita porque se aproximaba el parto de Graciela. Sin embargo, no llamaron a médico alguno para que la asistiera. Luego de dar a luz, ella pudo permanecer con su hijo solo unos pocos días.
En una oportunidad, Graciela se cruzó con otra secuestrada, Alicia Partnoy, en un baño y pudo decirle que había tenido un varón. Alicia también escuchó que uno de los interrogadores se habría llevado al niño.
El 4 de diciembre de 1981, Alicia envió una carta manuscrita a la casa de los abuelos Metz para contarles que su nieto había nacido el 17 de abril de 1977. Oscar leyó la nota en voz alta. Sin que él lo supiera, Adriana escuchó también. Así se enteró de que su hermano había nacido.
Oscar murió al poco tiempo, en 1982. Adriana se crió con su abuela hasta los 14 años, cuando ella se enfermó y ya no pudo cuidar de su nieta. En ese momento, se mudó a Mar del Plata para vivir con la hermana de su mamá.
Adriana continuó la búsqueda de su familia. Empezó a militar a partir de los juicios por crímenes de lesa humanidad. Es actualmente referente de Abuelas de Plaza de Mayo en la ciudad de Mar del Plata, donde vive con sus hijos. Desde 2023, integra la comisión directiva de la asociación que preside Estela de Carlotto.
Desde la institución se aclaró que todavía hay más de 300 nietos que no conocen su verdadera identidad.