Después de salvar en primer término a Julieta y después a Camila, el público decidió que la Tora abandonara definitivamente el certamen de Telefe.
A solas en el confesionario, Lucila habló con el público. “Le quiero pedir a la gente que no me vote, Gran Hermano es mi sueño y me constó mucho llegar hasta acá. Soy lo que ven”, dijo la participante al borde del llanto.
A su turno, Julieta dijo lo suyo en el confesionario. “Estoy nerviosa por la placa, porque sé que no es fácil. Pero me siento muy tranquila en el juego porque sé que lo di todo y no me quedé con las ganas de nada”, señaló. Y dejó en claro que no se arrepentía de nada de lo que había hecho en el reality. “Estoy entregada al Universo”, destacó.
Finalmente, Camila fue al confesionario a hablar con la gente. “Siento que debo quedarme en la casa porque este es mi sueño. Sabía que iba a ser fácil llegar hasta acá, pero lo logré y ahora sueño con llegar a la final”, dijo la participante. Y remarcó que, finalmente, había podido mostrarse como es realmente.
Frente a Santiago del Moro y después de saludar a su novio, Valentina dijo que la experiencia había sido “única”. “Fue un lindo regalo tener a la familia adentro”, aseguró sobre lo que pasó en la casa en estos días.
Santiago del Moro pidió el cierre parcial de las votaciones e ingresó a la casa para definir a la primera salvada de la noche. “En esta ocasión, la jugadora que va a desarmar su valija, va a gritar y va a agradecerle a su público es….Julieta”, dijo el conductor. Y la participante, que recibió el 23,5 % de los votos, se abrazó con Romina, su amiga en el realty. De esta manera, la placa final quedó entre Camila y Lucila.
Santiago del Moro pidió el cierre definitivo de las votaciones y volvió a ingresar a la casa para anunciar quién debía abandonar la casa. “Aquí está el resultado, país”, dijo mostrando el sobre. Y anunció que quien debía tomar su valija dejar inmediatamente el reality era Lucila. La participante recibió el 56, 96% de los votos frente al 43,04 % que obtuvo Camila.