Luego de recibir la visita del entrenador de la Selección juvenil, el delantero de 18 años le comunicó a su club su deseo de participar del certamen que se disputará en el país.
El acento español está atenazado a su vocabulario, pero el corazón de Alejandro Garnacho late cada vez más en celeste y blanco. Así lo demostró, una vez más, en el umbral del Mundial Sub 20 que el 20 de mayo comenzará en territorio argentino. Luego de dar a conocer la prelista de 37 jugadores pensando en la competencia, el entrenador Javier Mascherano viajó a Europa junto a su preparador físico Pablo Blanco para “seducir” a los jugadores de mayor nombre y hacer gestiones presenciales. Uno de los primeros futbolistas a los que visitó fue al delantero del Manchester United. Un puñado de palabras fueron suficientes: según pudo confirmar Infobae, el nacido en Madrid ya le avisó a su club que su deseo es participar con la Selección en la Copa del Mundo, en un gesto fundamental en las negociaciones.
En principio, el caso Garnacho, de 18 años, es uno de los más sensibles: como la cesión de los jugadores para el Mundial no es obligatoria, los Diablos Rojos informaron que no contemplaban cederlo para el certamen, tal como ya habían hecho en el Sudamericano de Colombia, del que la Albiceleste quedó eliminada en primera fase. Sin embargo, como la FIFA le quitó la organización a Indonesia y se la cedió a Argentina, el combinado nacional quedó automáticamente clasificado por ser país anfitrión. Mascherano, que había renunciado, aceptó regresar al banco de suplentes. Y Garnacho, que ya jugó bajo su tutela en torneo Maurice Revello (ex Esperanzas de Toulón) en 2022, volvió a convertirse en convocable.
La eliminación en la Europa League a manos del Sevilla le devolvió la fe al seleccionado pensando en poder contar con sus servicios; no obstante, el hecho de que el United haya accedido a la final de la FA Cup ante el Manchester City enturbió de nuevo las gestiones. Es que la gran definición se disputará el 3 de junio, en plena disputa de la Copa del Mundo. También hay dos duelos de Premier League que se pisan con el campeonato ecuménico, pero en la puja representan factores menores. La voz de Garnacho pidiendo viajar a defensor a la Selección por la que optó (nació en Madrid, pero su mamá, Patricia Fernández Ferreyra, es argentina) es una carta decisiva en la disputa.
Lo mismo, vale recordar, sucedió con Lionel Messi en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008. En aquel entonces, el Barcelona definió no cederlo ante la solicitud de la AFA y del entrenador Sergio Batista. Pero, al verlo contrariado, Pep Guardiola terció y lo liberó. La Pulga se trasladó a Asia, ganó la medalla dorada y retornó con la barra de motivación completa al elenco culé.
Un elemento importante en la batalla es que el habilidoso atacante sufrió una lesión ligamentaria en el tobillo derecho el 12 de marzo pasado. Se espera que la próxima semana esté en condiciones de entrenarse con normalidad para ir ganando ritmo y aspirar a regresar oficialmente a las canchas: él mismo se mostró en las redes sociales ya realizando ejercicios con peso en el gimnasio. Dicha dolencia le impidió jugar con la Selección Mayor en los amistosos de marzo ante Panamá y Curazao, en lo que iba a ser su debut con la Albiceleste absoluta.
El escenario de conflicto y sus alternativas ya ocupan espacio en los medios de Inglaterra. En el diario Manchester Evening News plantearon que el club podría imitar el caso de Bayern Múnich en 2019 cuando impidió que Woo-yeong Jeong representara a Corea del Sur. Aunque un ingrediente podría terminar siendo fundamental en el tironeo: el contrato de Garnacho finaliza en 2025, y el club y su agente todavía no consiguieron cerrar un “acuerdo serio a largo plazo”. Eso, con el Real Madrid batiendo sus alas cerca de la figura del delantero, supone un riesgo para los intereses de los Diablos Rojos. “Lo último que quiere hacer el United es arriesgarse a disgustar a Garnacho e inquietarlo antes de las negociaciones. Negar a un jugador la oportunidad de representar a su país a menudo puede acabar muy mal”, rubricó con el valor de los antecedentes el periodista Daniel Murphy.
El Mundial Sub 20 representa para el juvenil una gran oportunidad de exhibirse ante el público argentino, que ya lo adoptó. Desde los primeros surgidos en el Atlético Madrid (que luego lo vendió al United a cambio de 420.000 euros) que en el predio de Ezeiza apuntaron al indómito wing como una promesa a enamorar. Hoy ya una realidad, aparece en la agenda directamente pensando en el Mundial de Estados Unidos, México y Canadá 2026. Esta escala en la Copa del Mundo de Argentina luce oportuna para que dé otro paso en su camino a nivel selecciones.
Alejandro ya contaba con presencias con la Sub 18 de España antes de que Lionel Scaloni lo citara directamente al combinado Mayor en 2022 para ver su comportamiento y talento desde cerca, que sintiera el ambiente de la selección argentina y hasta se retratara junto a Lionel Messi, un iman ineludible como arma de seducción. “Los sueños realmente se hacen realidad”, escribió entonces en su cuenta de Instagram, como epígrafe de la foto cumbre, más allá de que su espejo sea Cristiano Ronaldo, de quien fue compañero.
Como símbolo de la integración al grupo, al igual que las otras promesas citadas para aquella ventana de marzo de 2022 (como Nicolás Paz, por citar otro nombre), debió atravesar el “bautismo” en la concentración: se vio obligado a subirse a una silla para entonar una canción de Ozuna, o al menos intentarlo. Aquel desembarco no estuvo desprovisto de algún contratiempo. “Lo pidieron para jugar contra Venezuela y había que sacarle el pasaporte. Vino con un permiso de menor con el que no sé cómo hicieron para sacarlo de Inglaterra. ¿Sabés lo que era eso? Mal redactado, todo. Fuimos al aeropuerto donde te hacen el pasaporte en una hora y nos dijeron ‘esto no va’. Le digo ‘esto se tendría que haber hecho de otra forma, tu Viejo debió hacerlo mejor’, y él me miraba. Me preguntó, ‘¿por qué mi viejo? Mi mamá y mi papá están comiendo pizza en la calle Corrientes. Vinieron de visita’. Lo llamé al padre y le dije ‘dejá de comer que tenemos que hacer el pasaporte de forma urgente’”, relató Omar Souto, histórico gerente de selecciones nacionales, sobre el obstáculo salvado.
“Le enseñaron a tomar mate y salió todo bien. Ya está adaptado al grupo. Pienso que la Selección Mayor lo volverá a tener en cuento con vistas al próximo Mundial”, concluyó Souto en una entrevista con TNT Sports. En el umbral de Qatar se dio el principal momento de zozobra pensando en su futuro. “El miedo era que España lo llevara a Qatar”, señaló alguien desde la AFA con conocimiento de causa. Encima, ante la noticia de que no era elegido para la excursión a Doha, cometió un pecado de juventud: en redes sociales le dio “me gusta” a una respuesta de un tuit en apoyo a Almada. “No convocaron a Garnacho porque es español”, manifestó el mensaje del usuario @cabifyyy que likeó el futbolista de 18 años. Acto seguido, publicó una imagen de un festejo suyo con el United, en el que exhibió su casaca con el dorsal hacia adelante, al mejor estilo CR7. Sin embargo, Luis Enrique tampoco lo citó. Y a lo largo del camino de Argentina en la Copa del Mundo volvió a apoyar a su patria adoptiva, la identidad que le transmitió su mamá.
El operativo seducción no se movió un ápice del plan original. Una vez por semana, más allá de la última visita de Mascherano, algún integrante del cuerpo técnico de la Albiceleste lo llama o mensajea, o le pregunta cómo está, tal como sucede con el grueso del grupo estelar. Y tiene cerca, muy cerca, a un embajador campeón del mundo: su compañero Lisandro Martínez. El defensor lo “adoptó”; si hasta en los guiños virtuales lo llama “hermanito”.
Todos factores que empujaron a Garnacho a no mantenerse neutral y jugar su ficha para intentar estar en el Mundial Sub 20, dándole su opinión al club. Una prueba de amor mucho más fuerte que las fotos que comparte con el mate en su cuenta de Instagram.