Según un estudio privado los aumentos de las tarifas de servicios públicos y los incrementos en los alimentos impulsaron las subas del último mes.
La inflación de los trabajadores avanzó un 8% en abril y acumuló un incremento del 30% en los primeros cuatro meses del año, según un estudio realizado por el Instituto de los Trabajadores (IET) de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) y el Centro para la Concertación y el Desarrollo (CCD). Este valor es el más alto desde abril de 2002, cuando superó el 10% tras el salto inflacionario derivado de la salida de la convertibilidad.
En tanto, la inflación interanual (esto es, contra el mismo mes del año previo) alcanzó al 107,9% y mostró la quinceava aceleración consecutiva.
De acuerdo al estudio, la inflación de abril estuvo motorizada principalmente por el rubro de “vivienda”, que avanzó un 12,3%, impulsado por las subas que se dieron en el costo del 23% en electricidad, producto de la baja de subsidios implementada por el Gobierno nacional.
En segundo lugar, estuvieron “comunicaciones” y “alimentos y bebidas”, con 8,7% cada uno. Este último sector, el de mayor relevancia en la canasta, estuvo particularmente impulsado por bebidas alcohólicas, frutas, carnes y panificados.
Equipamiento y mantenimiento del hogar, por su parte, subió 8,2%. Desde el IER recordaron que este sector es particularmente sensible a la cotización del dólar (también del paralelo), y por tanto, está sujeto a remarcaciones en momentos de tensión cambiaria, como la ocurrida en la última parte de abril.
“Esto se debe a la incertidumbre a la cual se producen los costos de reposición. A pesar de este salto en la inflación de este capítulo, parte del aumento se verá reflejado en el índice de mayo, habida cuenta de que las tensiones cambiarias se produjeron en los últimos días de abril”, comentaron los especialistas.
Por debajo del nivel general quedaron las subas en los ítems de salud (7,2%), recreación y cultura (6,6%), “otros bienes y servicios” (5,1%), indumentaria y calzado (5,1%) y transporte (4,2%). “Nuevamente, y al igual que lo que ha ocurrido en los últimos meses, es poco frecuente encontrar capítulos de la canasta que hayan subido menos del 5%, algo impensado hasta hace poco tiempo”, indicaron desde el organismo.
Empleo en crecimiento
Desde el IET señalaron que, a pesar del amesetamiento económico de los últimos meses (la economía creció apenas 0,2% interanual en febrero de 2023), el empleo asalariado privado registrado continúa creciendo. De hecho, destacaron que en febrero -último dato disponible-, se crearon 13 mil nuevos empleos formales asalariados en el sector privado, encadenando así 31 meses consecutivos de alza. “En términos absolutos, la cantidad de personas en este segmento ocupacional superó por primera vez los 6,3 millones”, comentaron.
No obstante, advirtieron que, si se tiene en cuenta el crecimiento demográfico (de alrededor del 1% anual) se ve que la trayectoria de largo plazo ha sido muy pobre.
En un análisis de la actividad laboral por rama de actividad, el estudio destaca el sector de “petróleo y minería”, que está creciendo sostenidamente de la mano de Vaca Muerta y las inversiones en litio. De hecho, aseguraron que ese sector económico se encuentra en su máximo histórico de cantidad de trabajadores registrados. En igual situación está el rubro de “electricidad, gas y agua”, comercio, hoteles y restaurantes y el sector de “servicios profesionales y empresariales”.
“Enseñanza privada y salud privada también están en máximos históricos aunque en los últimos meses el empleo formal se ha estancado”, apuntaron.
En tanto, los especialistas remarcaron que la industria y la construcción han mostrado una sostenida recuperación desde fines de 2020, pero advirtieron que aún no han terminado de recuperarse del desplome de 2018 y 2019 y hoy tienen niveles similares a los de mediados de 2018.
“Transporte y comunicaciones y servicios culturales han recuperado algo de su empleo, pero no han llegado a superar los guarismos previos a la pandemia. Por último, el sector financiero está en su menor nivel de empleo desde 2011, en tanto que el agro está en su menor nivel desde al menos 2009. Esto no se debe tanto a la reciente sequía, sino particularmente a la crisis estructural que atraviesan muchas economías regionales intensivas en empleo, como tabaco, peras y manzanas en un contexto de mecanización creciente”, agregaron.