Guillermo De La Fuente, Presidente del Centro de Veteranos de Guerra, estuvo presente en los estudios de Primero Bahía, para hablar sobre lo que fue en esta fecha el fin de la guerra.
«En mi pozo había un paredón que solo me dejaba ver los refusilos, ni por las tapas pensábamos que se iba a terminar hoy el conflicto y menos con el resultado que se dio, nadie tenía en la cabeza que se iba a terminar con una rendición. Fueron un montón de cosas encontradas esa mañana, me mandaron a buscar con otro compañero el mate cocido y cuando voy al rancho que estaba a 50 metros de donde estaba yo, escucho a un subteniente que decía que había que volar los pozos», comenzó diciendo De La Fuente.
Además refirió que «me mira y todavía percibo la ternura de este hombre y me dice vos no sabes nada pibe?, le digo no, de que?, dice están en modybrook, para mi eso estaba re lejos, y me dice están a 30 cuadras, manotee la olla y me fui a llevar el mate cocido. Se armó lio hasta que vino un capitán con la orden de que teníamos que salir con todo el armamento, cerca de las 10 de la mañana nos cruzamos cara a cara con los ingleses».
«Para el mediodía estaba todo terminado, al otro día nos pidieron dejar todo, fue un rendición condicional, habían redactado un documento y al otro día se hizo el desarme de las tropas argentinas. Nunca pensamos que se iba a terminar de esa forma, no sabíamos como íbamos, nosotros no estábamos enterados sobre que es lo que estaba pasando, yo solo sabía lo que pasaba a mi alrededor», dijo el veterano de guerra.
Para cerrar dijo que «los tipos son profesionales, se cagaban de risa pero no de forma despectiva, te cruzabas con uno y la pregunta clásica era cuánto cobras, porque para ellos era un trabajo, son mercenarios y se reían porque no cobramos nada nosotros, eso fue a partir del 14 de junio. Me tomaron prisionero el día 15, el 14 hubo un alto al fuego y se dividió el pueblo. Estuve 5 días en las islas y después en un barco, a medida que íbamos pasando puestos nos iban sacando cosas, fuimos a una barraca, pusimos el poncho de nylon y ahí perdí el registro del tiempo, nos sentamos y ya no me acuerdo más de haber salido, tomábamos agua de los charcos, que era donde hacíamos pis».
«Volvimos a Madryn, en el segundo viaje que se hizo. Cuando caímos prisioneros, ellos tuvieron una actitud respetuosa. Es un mundo diferente, si hoy volviera de Malvinas tendría todos los canales de comunicación para hablar de lo que pasó y decir mi verdad, hoy el trabajo sigue, combatimos por la soberanía. La gente presenció un partido de fútbol, los argentinos somos un poco así. Hace poquito le cambiamos el nombre al estadio porque era Islas Malvinas, si eso sigue pasando hoy imaginate lo que fue entonces», sentenció.