Guillermo De La Fuente, Presidente del Centro de Veteranos de Malvinas en nuestra ciudad, estuvo presente en nuestros estudios para recordar un nuevo aniversario de la Gesta de Malvinas.
«Yo tenía 18 años cuando me llamaron para la guerra. En esa época los colimbas salían de franco y la estación sud y la terminal de ómnibus estaba llena de gente y nuestro trabajo era que todo este controlado. El 30 de marzo nosotros salimos a patrullar las calles de Bahía Blanca, porque fue la movilización en contra de Galtieri dos días antes de ir a Malvinas», comenzó diciendo De La Fuente.
Además dijo que «nosotros tenemos la costumbre de ir a lo fácil, de que estuvo mal organizado de que los milicos quisieron hacer esto o lo otro. En Cabo San Antonio ya estaban yendo a Malvinas, esto que pasó con la movilización fue otra cosa. La Marina fue la mentora, muy bien organizado el operativo, sin matar a nadie y fueron junto con toda la flota de Marina, dos del regimiento 25 y los muchachos del batallón 181 de acá. Esto se llevó a cabo por una política interna, después hay periodistas reconocidos que me han dado la data de que Galtieri no supo como decir que iban a retirar la tropa, porque la gente pedía sangre, no sola la de los ingleses, sino también la de los chilenos, con esa multitud que aclamaba, después que lo habían querido matar».
«Donde estaba yo si Malvinas fuera Bahía Blanca estaba en el edificio de la Aduana, la comida estaba a cuatro cuadras y la comida no llegaba. Galtieri no se animó a decir que las fuerzas se iban a replegar y se iba a tratar de llegar a un acuerdo. Me dijeron te vas 15 días y volvés», continuó refiriendo De La Fuente.
También refirió que «Roberto fue mi amigo, cuando perdí a mi viejo pasó a ser mi papá, era una persona que pasaba y tomábamos mates, era amigo de mis hijos y mi familia, todos los soldados recibíamos una carta de él saludándonos y reivindicando el honor de haber participado de la gesta juntos. En Malvinas teníamos diferentes objetivos, hubo un grupo que se hizo cargo de la custodia del combustible, ese era un objetivo, al igual que la usina, la seguridad de la casa del gobernador y otro grupo que hacíamos patrullas en el pueblo y teníamos que recorrer toda la población y frenar que se cometan crímenes de guerra, hacer censos dentro de la población, que fue bastante desagradable».
«Ellos tuvieron acciones, con nosotros, la policía militar, con las tropas argentinas eran hostiles, no nos querían como ahora tampoco, en ese momento la policía militar era seguridad para ellos y eran menos desagradables con nosotros, sabían que si necesitaban seguridad estábamos nosotros. Un día el cabo primero, que era desagradable nos dice que había una camionetita, con tres tipos arriba y hay que detenerlos. Salimos de patrulla con otros compañeros y la vimos pasar, fue para hacer una película, el piso estaba congelado, cuando los quisimos correr nos caímos, viene una camioneta nos pregunta que nos pasa, les dijimos que teníamos que detener a esa camioneta y bueno los frenamos, los revisamos y les pusimos las manos en la cabeza para detenerlos. La emoción que tenía encima de tener tres prisioneros, y vemos que se agarraban la cabeza, porque no los teníamos que detener, eran los carniceros de Malvinas, pero era lo que nos había dicho el cabo primero», contó como anécdota De La Fuente.
Para cerrar dijo que «nos enteramos el primero de mayo cuando fue el primer bombardeo, ahí fue la movida cuando dijimos listo acá hay que empezar a los cuetazos y ahí es cuando te empezas a preguntar un montón de cosas, tengo un ser humano que quizás lo tengo que matar, quizás tiene familia, quizás es mejor que me maten a mi, pero si yo no hago lo que tengo que hacer estoy traicionando a la patria. El miedo lo tuvimos, creo que las circunstancias hicieron que lo podamos superar».
«Yo no vi a ninguno que diga yo no salgo, saliendo con todo oscuro, hubo ocasiones que llegábamos a puestos de guardia y el oficial estaba adormecido, y esa persona escuchaba pasos, se asustaba y sacudía, no se podían tener luces prendidas pero se podía chiflar. Hoy tenemos una misión, se que soy parte de la historia, es un orgullo que hoy siento y dentro de 200 años se va a hablar de Malvinas, pero siento que no termina ahí. Mi mirada hoy, Malvina rellena la grieta, gracias a la labor de los centros de veteranos, hoy se ve en todos lados carteles de las Malvinas son Argentinas, como la selección que llena la grieta. Tenemos la obligación desde lo vivido, desde el fracaso de lo operativo vivido, hablar con los jóvenes, los ciudadanos y decir se puede estar todos juntos. Saber reconocer que Malvinas es una deuda a la soberanía, a la independencia, no somos independientes. Nosotros en Malvinas fuimos independientes durante 74 días, para revertir esto tendríamos que dejar de ser colonia en el orden interno, deberíamos tener la capacidad de tener derechos sobre la alimentación de nuestros hijos y lo que queremos nosotros y es algo que tratamos de comunicar a los chicos cuando vamos a las escuelas, preparate, estudía, te pueden afanar todo menos el conocimiento, hay que ser soberano puertas para adentro, recuperar Malvinas va a ser más fácil».